Cerca de 6.000 personas han visitado este año las instalaciones, donde han podido ver animales de los 5 continentes y más de 300 especies de plantas.
Los próximos días y hasta el domingo día 9 incluido, serán los últimos del año en los que se podrá visitar el núcleo zoológico “El Bosque” ubicado en la localidad de Los Molinos, en Oviedo. El invierno está a la vuelta de la esquina y con él llega el frio, la lluvia, el viento y la mala climatología, por lo que el zoo de Oviedo permanecerá cerrado hasta poco antes de comenzar la primavera, volverá a abrir sus puertas el 1 de marzo del próximo año.
Cerca de 6.000 personas, entre grupos de escolares, visitas individuales y de familias, han pasado por las instalaciones de “El Bosque” y han podido ver de cerca más de 300 especies de plantas y animales de los 5 continentes sin salir de la Capital del Principado.
Los últimos habitantes en llegar al zoo lo hicieron hace 2 meses, son tres lémures que a pesar de su longevidad se han adaptado a su nuevo reciento con normalidad. Los lemures son primates nativos de Madagascar. Una especie que su forma de vida es en grupos familiares de varios individuos. Estos 3 lémures necesitaban un hogar para pasar sus últimos años de vida ya que son mayores, tienen 18 y 21 años, y no suelen vivir más de 20 años en cautividad. En “El Bosque” no sólo se han encontrado con un nuevo compañero de 5 años, sino que han encontrado el nuevo hogar que les hacía falta, ya que su anterior dueño no puede seguir atendiéndolos como consecuencia de una enfermedad terminal.
Según Gonzalo Rubio, responsable del zoo “después de un período de transición y sociabilización de los 4 ejemplares se ha conseguido un grupo estable, han necesitado varias semanas para acomodarse y adaptarse a su nuevo recinto además de a su nuevo compañero, y no ha sido fácil porque para lograrlo ha habido un gran trabajo humano en equipo que nos ha llevado muchas horas de observación. Al principio no podían estar juntos por el grado de agresividad que tienen frente a otros congéneres de su misma especie que no conocen y necesitan por tanto un tiempo de adaptación”. Los lémures se encuentra en un recinto que tiene dos casetas interiores y 120 metros cuadrados al aire libre lleno de vegetación y enriquecimiento ambiental, un espacio tranquilo y a la vez divertido.
Los 3 lémures llegaron desde Barcelona con la colaboración de las asociaciones en defensa y bienestar de los animales Fadaa, de la capital condal, y Anadel, de Asturias.