La actividad cerebral de los guitarristas en dúo está sincronizada incluso cuando tocan notas diferentes. La revista Frontiers in Neuroscience publica esta semana un estudio que, tras analizar la actividad cerebral de los músicos, demuestra la existencia de una base neural para la coordinación musical
La actividad cerebral de los guitarristas en dúo está sincronizada incluso cuando tocan notas diferentes. La revista Frontiers in Neuroscience publica esta semana un estudio que, tras analizar la actividad cerebral de los músicos, demuestra la existencia de una base neural para la coordinación musical.
La interacción social es un ingrediente imprescindible en la vida humana, ya que las mentes y cerebros funcionan en interacción unos con otros. Esa coordinación del comportamiento individual con el de un compañero requiere una percepción, representación y anticipación de las acciones de cada una de las personas que interactúan.
Un grupo de investigadores del Instituto de Desarrollo Humano Max Planck, en Berlin, ha demostrado que la sincronización surge entre varios cerebros cuando se crea música de forma conjunta, incluso cuando los músicos tocan diferentes ‘voces’ de una misma pieza. El estudio se publica en la revista Frontiers in Neuroscience.
Posiblemente los cerebros también se sincronizan en actividades como el deporte
Ya en 2009, científicos del mismo centro descubrieron sincronización entre cerebros de músicos que tocaban la misma pieza. El estudio actual da un paso adelante y examina la actividad cerebral de los guitarristas mientras tocan música en la que hay dos partes diferentes.
Los resultados han demostrado que la actividad cerebral de cada músico experimentaba oscilaciones que se coordinaban, incluso cuando tocaban diferentes notas del mismo dueto. Esa sincronización –conocida como ‘fase de coherencia’– sugiere la existencia de una base neural directa que permite la sincronización interpersonal y musical.
Los guitarristas tocaron la “Sonata en G Mayor”
Los científicos observaron a 32 guitarristas –16 duetos– que participaron voluntariamente en el trabajo. Les pidieron que reprodujeran una secuencia de la “Sonata en G Mayor”, de Christian Gottlieb Scheidler, un total de 60 veces.
Cada músico tenía que tocar una voz diferente, y uno de los dos –el líder– era responsable de que comenzaran a la vez y que llevaran el mismo tempo. Así, el otro le seguía.
Asimismo, midieron la actividad cerebral de los músicos mediante electrodos y lograron calcular la sincronización entre los miembros del dueto. Emplearon un artefacto que transforma los datos del electroencefalograma en señales de tiempo y de frecuencia de hasta 20 Hz (hercios).
En general, cuando la gente coordina sus propias acciones se forman redes pequeñas entre las regiones cerebrales. En esta ocasión, los autores del estudio han observado “estructuras similares entre los cerebros de los músicos, especialmente en momentos en los que la coordinación es vital, por ejemplo, en una aparición conjunta de una pieza de música”, aseguran.
Además, han apreciado diferencias entre los miembros del dueto que se reflejaban en la actividad cerebral. Según los científicos, “el músico que tomaba la iniciativa experimentaba una sincronización interna de su cerebro muy fuerte y, lo que es más importante, existía antes de que el dueto comenzara”.
Igual que ocurre con los guitarristas, los investigadores creen que, posiblemente, “los cerebros también se sincronizan durante otras actividades como el deporte o al establecerse comunicación entre personas”.
Imagen: Instituto Max Planck