Curiosity llegó al cráter Gale a principios del mes de agosto. A diferencia de sus predecesores, Spirit y Opportunity, Curiosity no busca agua, sino que busca moléculas del carbono, también conocidas como moléculas orgánicas por su íntima conexión con la vida tal y como la conocemos. De los diez instrumentos de la misión el principal encargado de identificar estas moléculas es el instrumento SAM.
Fue durante la pasada semana, la última de estancia del rover en una duna a la que el equipo a llamado Rocknest, cuando el instrumento SAM recibió su primera muestra de arena marciana, recogida y procesada por los instrumentos del brazo robótico. Y es a estos análisis del instrumento SAM a los que se refería John Grotzinger, investigador principal de la misión, cuando declaró que su equipo estaba trabajando en unos datos que aparecerían en los libros de historia. Parece por tanto lógico pensar que ese gran descubrimiento esté relacionado con el hallazgo de moléculas orgánicas de interés.
Sin embargo ni el instrumento SAM ni ninguno de los que Curiosity ha llevado a Marte cuentan con la capacidad de encontrar vida. A pesar de que sí hay cámaras en el rover, la vida que cabría encontrar en Marte sería unicelular y sólo visible con la ayuda de microscopios. Aunque existen otras formas de detectar vida ninguno de los instrumentos de Curiosity tiene esa capacidad.
Encontrar moléculas del carbono tampoco es signo de vida. La particular configuración electrónica del átomo de carbono permite a éste formar grandes moléculas indispensables para la vida tal y como la conocemos, como el ácido desoxirribonucleico, o ADN, que porta nuestro material genético. Pero también hay moléculas del carbono muy sencillas, como el metano, que se pueden formar por mecanismos no biológicos.
Encontrar moléculas del carbono, u orgánicas, siempre es una gran noticia para los exobiólogos, los científicos que estudian la vida fuera de la tierra. Pero como ya demostró el famoso experimento de Miller las moléculas orgánicas se pueden formar independientemente de la vida. La observación de las nebulosas ha permitido observar moléculas orgánicas también allí, sin que eso implique la presencia de vida.
Por otro lado, en recientes declaraciones a la web francesa Ciel et Espace, el corresponsable del instrumento SAM, que habría hecho el descubrimiento, Michel Cabane, afirmaba que no había ningún resultado de impacto en los resultados de estos análisis llevados a cabo por su instrumento.
¿Qué se puede esperar de este descubrimiento?
Los resultados de estos análisis serán formalmente publicados entre en 3 y el 7 de diciembre con ocasión del 45º congreso de la Unión Geofísica Americana. Podemos descartar que Curiosity haya encontrado vida en Marte, pero las declaraciones de Selon Grotzinger, investigador jefe de Curiosity, dan pie a pensar que haya algo importante entre esos resultados.
Por otro lado, Michel Cabane, corresponsal del instrumento SAM, indica que no se ha descubierto nada importante. En tal caso Grotzinger podría estar buscando simplemente publicidad con sus afirmaciones, una maniobra propia de la NASA en los últimos tiempos.
Hay miles de moléculas orgánicas diferentes que el instrumento SAM podría haber detectado en Marte, el tipo de molécula que hipotéticamente se hubiera encontrado en la muestra de arena sería determinante en la importancia del descubrimiento.