Todos los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados sin excepción apoyaron, en su sesión plenaria del pasado 12 de abril,la realización a las centrales nucleares de un conjunto de stress tests cuya necesidad se ha hecho palmaria tras el desastre nuclear de Fukushima. Las pruebas de resistencia fueron planteadas mediante una Proposición No de Ley, presentada por iniciativa del Grupo Socialista.
Entre ellas se incluyen pruebas frente a terremotos, inundaciones (por causas naturales o por rotura de presas aguas arriba de la central). También se introducen test a:
- “c) los efectos del cambio climático y su incidencia en los parámetros considerados en los procesos de diseño de las centrales,
- f) la resistencia de los sistemas de contención primaria y secundaria en situaciones de emergencia como las vividas en Fukushima, entre otros componentes.
- g) La comprobación exhaustiva del estado del circuito primario y del conjunto de equipos y elementos relacionados con la seguridad frente a problemas de envejecimiento y agotamiento de los materiales, problemas de corrosión, estado de las soldaduras...
- h) El análisis de resistencia y grado de vulnerabilidad de las instalaciones nucleares frente a posibles ataques terroristas y sabotajes o ciberataques.i) Resistencia de los sistemas de contención ante el impacto de aeronaves (por accidente o ataque terrorista).”
El pasado 25 de mayo, la Comisión Europea hizo público el acuerdo alcanzado por los 27 estados miembros para adoptar unas pruebas de resistencia armonizadas en toda la Unión Europea, las cuales, además de plantearse ante toda clase de desastres naturales, incluyen también "los efectos de accidentes provocados por el hombre tales como impactos de aeronaves así como ataques terroristas y otros actos malvados” (1).
“Los stress tests que iniciará el CSN para las centrales nucleares españolas no están en línea con los que realizarán el resto de países de la Unión Europea”, ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña de energía Nuclear de Greenpeace. “La credibilidad del Gobierno y del propio CSN han quedado nuevamente en entredicho al hacer caso omiso a lo acordado en el Parlamento y en la Comisión Europea”.
Un análisis correcto de lo ocurrido en Japón muestra que la causa real del accidente nuclear de Fukushima no fue ni el terremoto ni el tsunami del pasado 11 de marzo (estos causaron la pérdida del suministro eléctrico a la central), sino la incapacidad de esos reactores de actuar de forma eficaz ante un problema de falta de refrigeración del combustible nuclear por falta de aporte eléctrico externo.
Existen otras muchas causas posibles (como un sabotaje terrorista, una inundación por rotura de un presa o causas naturales, un choque de un avión, un fallo técnico, errores humanos, etc.) que también hubieran podido ocasionar una pérdida prolongada de suministro eléctrico exterior en Fukushima, y entonces, la evolución de los acontecimientos hubiera sido, con toda probabilidad, la misma. Esa misma falta de capacidad de respuesta ante una situación de emergencia de ese calibre la tendría también la central nuclear de Santa Mª de Garoña -su reactor nuclear es idéntico a la unidad de Fukushima-1- y la de Cofrentes (muy similar al resto de unidades de la central japonesa).
Notas:
1)
El comisario de Energía, Günther Oettinger, destacó en rueda de prensa ese día en Bruselas la importancia de que "la Comisión y los Estados miembros hayan acordado una evaluación ambiciosa e integral del riesgo y la seguridad en las centrales nucleares europeas" y aseguró que se llevarían a cabo con los estándares de seguridad más elevados. Además afirmó que gracias a este acuerdo adoptado en el seno de la Comisión Europea, los 148 reactores de los países miembros se someterán a estas pruebas con los criterios y los plazos acordados.