Por Fernando Bazán/noticiasdesiria.blogspot.-El ejército sirio abandonó su última base cerca de la ciudad norteña de Saraqeb, después de un feroz asalto de los rebeldes, aislando aún más la estratégica ciudad de Aleppo; la retirada estuvo seguida de ataques coordinados de los rebeldes contra tres puestos militares en todo Saraqeb, a 50 km al suroeste de Aleppo.
La jornada fue particularmente favorable para los rebeldes sirios luego que unos 78 soldados murieron en operaciones de los insurgentes -alrededor de la mitad de ellos en ataques contra los puestos militares de Saraqeb- y en una ola de atentados golpeó la zona de Damasco. La cifra inusualmente alta de bajas, para las fuerzas del régimen, se produjo después de días de intenso bombardeo aéreo contra las posiciones rebeldes en todo el país en el que murieron cientos de insurgentes.
Sin embargo, el triunfo estratégico de las fuerzas rebeldes se vio empañado por un supuesto crimen de guerra, cometido por elementos que no pudieron ser identificados.
Luego que los rebeldes atacaron un puesto de control del ejército cerca de Saraqeb -una ciudad siria por donde pasa la ruta que une al norte con el sur- unos 28 soldados aparecen con las manos en alto en señal de rendición, más tarde algunos de los soldados fueron fusilados mientras los rebeldes los reprendían llamándolos "perros de Al-Assad". Las imágenes, que se ha difundido ampliamente en todo el mundo, han asestado un nuevo golpe a la imagen de los rebeldes y es vergonzoso para sus aliados extranjeros.
Concretamente el video publicado en YouTube -cuya autenticidad no pudo ser verificada- muestra a cerca de 10 soldados golpeados y luego son alineados en el suelo donde fueron ejecutados con rifles automáticos. Rupert Colville, portavoz del Alto Comisionado para los Derechos Humanos Navi Pillay, señaló que "Es muy probable que se trate de un crimen de guerra. Hacemos un llamado a todas las partes en el conflicto de Siria para que respeten el Derecho Internacional". Human Rights también expresó su preocupación por el video, y dijo que las imágenes "representa un crimen de guerra potencial en curso y demuestra un total desprecio por el Derecho Internacional Humanitario por parte del grupo armado en cuestión".
La decisión de EE.UU. de evitar que los radicales islámicos tomen la iniciativa en un escenario cada vez más caótico y violento, marca un cambio drástico del enfoque norteamericano para buscarle una solución al conflicto sirio. Las opciones son limitadas, ya que una zona de amortiguación en el norte –sobre la frontera turca- forzaría a una mayor participación de Ankara dentro de la guerra civil siria, una zona de exclusión obligaría a EE.UU. a patrullar un espacio aéreo hostil con Hezbollah e Irán al acecho mientras que dotar a los rebeldes de armamento más moderno solo habilitaría una mayor participación de Irán y Rusia en apoyo del régimen sirio.
Varios acontecimientos sugieren que la crisis siria puede estar en un punto de inflexión que se traduce en una oportunidad para la diplomacia. Las hostilidades a lo largo de la frontera con Líbano van en aumento y Hezbollah ha profundizado su participación dentro de Siria suscitando amenazas de los comandantes del Ejército Libre Sirio (ELS) de atacar los bastiones de Hezbollah en Beirut. Irak ha planteado su preocupación por los elementos yihadistas sirios que están fortaleciendo a los extremistas sunitas iraquíes -y viceversa-.
Pero las principales alarmas para Occidente provienen de la situación dentro de Siria, ya que en los últimos enfrentamientos en la ciudad natal los Al-Assad podrían ser una señal de un posible distanciamiento del régimen de la comunidad alawita; la lucha intestina entre los principales clanes alawitas sugiere que estos se podrían fracturar y algunos optarían por abandonar al presidente Al-Assad mientras sea factible.
Rumores no confirmados de deserciones militares alawitas -de ser ciertos sería otro indicador. Al mismo tiempo, el debilitamiento de la oposición siria aglutinada en el Consejo Nacional Sirio (CNS) facilitaría que una transición al permitirle a elementos de régimen "sin sangre en sus manos" que desempeñen un papel en el futuro gobierno sirio, proporcionando una tenue esperanza de un proceso de transición inclusivo. Este enfoque superaría la tentación de varios Estados occidentales y árabes de unirse a una guerra sectaria que amenaza a región, si se descomprime las tensiones sunitas-chiitas en Siria, Irán perdería influencia mientras que EE.UU. se evitaría involucrarse en un pantanoso conflicto.
Hasta que las elecciones en EE.UU. no concluyan, su política exterior para Siria no tendrá cambios estructurales más importantes, ya que el gobierno de Obama ha quedado atrapado entre tres dinámicas desde el principio: primero la política exterior de EE.UU. para Siria en realidad significa la política exterior hacia Rusia; segundo la política norteamericana en materia de Defensa y sus planes de política exterior giran en la reasignación de la mayor parte de sus recursos a la región Asia-Pacífico y tercero la falta de una política de EE.UU. para Siria es producto de su indecisión acerca de las políticas a seguir hacia Medio Oriente luego de la “Primavera Árabe” ya que EE.UU. está enfocado en el "Siglo del Pacífico".
Dependerá del resultado de las elecciones en EE.UU. si Obama continuará el dialogo con los principales actores de la región o si adoptará una relación estratégica con los nuevos emergentes regionales para moldear el nuevo Medio Oriente; en el caso que Romney gane, la posibilidad de un fortalecimiento de las relaciones con Israel y la impronta del neo-conservadurismo ponen en duda cual será la política norteamericana hacia las revoluciones árabes. Mientras tanto, los rebeldes avanzan en el terreno y cometen excesos en sus operaciones alejando a los alawitas disidentes y a los cristianos, temerosos de una posible ola de venganzas pos Al-Assad.