La fortuna quiso que el filo del cuchillo impactara en el equipo de transmisiones que llevaba bajo la cazadora y no alcanzara el cuerpo del policía
El joven auxiliado fue sorprendido cuando trataba de robar a un varón, al que amenazó con el arma blanca, y se enfrentó súbitamente al policía que se disponía a detenerle
A las 10:30 horas varios agentes que participaron en el rescate ofrecerán detalles de la intervención en la entrada al Puente de la Almozara junto al Paseo Echegaray (Zaragoza)
Aragón.- Una cadena humana formada por once agentes de la policía Nacional ha permitido rescatar del Río Ebro a un joven que se había lanzado a las caudalosas aguas tras apuñalar a uno de ellos. La fortuna quiso que el cuchillo impactara en el equipo de transmisiones que llevaba bajo la cazadora y no alcanzara el cuerpo del policía que instantes después participó en el arriesgado rescate de su agresor. El joven auxiliado había sido sorprendido cuando trataba de robar a un varón, al que amenazó con el arma blanca, y se enfrentó súbitamente al policía que se disponía a detenerle.
El pasado martes, la sala del 091 alertó a los agentes que se encontraban de servicio sobre dos hombres que presuntamente acababan de cometer varios robos con intimidación en la zona de la ribera del Río Ebro. Dos policías de paisano localizaron a dos jóvenes en la Avenida de Ranillas que estaban amenazando a otro joven con un cuchillo en sus manos y les dieron el alto tras identificarse como agentes de policía.
Los dos chicos emprendieron una veloz huida a pie hacia el Puente de La Almozara, siendo alcanzado por uno de los agentes de paisano uno de ellos que resultó ser menor de edad. El otro continuó la carrera hasta que finalmente fue interceptado por el otro policía. Cuando se encontraba a su altura, y de forma repentina, le lanzó una puñalada a la altura del estómago que consiguió esquivar parcialmente. El cuchillo le rasgó la cazadora y afortunadamente impactó en el equipo de transmisiones que llevaba bajo la prenda de abrigo.
Ante tal virulento ataque, el policía instó al detenido a que depusiera su actitud, si bien éste hizo caso omiso a sus instrucciones y volvió a emprender la huída.
Una cadena humana de once policías
Hasta el lugar se desplazaron con urgencia más indicativos policiales y el arrestado, al verse acorralado, optó por arrojarse a las caudalosas aguas del Río Ebro. El joven, que apenas podía mantenerse a flote, comenzó a pedir auxilio al tiempo que trataba de no ser engullido por las aguas. Los once agentes que intervinieron formaron entonces una cadena humana y se adentraron en el interior del río hasta que finalmente lograron ponerle a salvo.
Ya en tierra firme el rescatado recibió una primera asistencia sanitaria por parte de una ambulancia, siendo posteriormente detenido y trasladado hasta un centro hospitalario donde quedó ingresado.