Agradezco sinceramente su invitación. No es sólo que me encuentre muy a gusto con ustedes, sino que no saben hasta qué punto se agradecen en estos tiempos las buenas noticias. Antes se decía que los políticos deberían aprender a tragar un sapo todas las mañanas sin descomponer el gesto; ahora la realidad nos impone no uno, sino una charca entera de pésimas novedades a cada desayuno. Imaginarán que hay días en los que se hace difícil digerir semejante ración.

Por eso les agradezco que me permitan compartir con ustedes la buena noticia de la inauguración oficial de este centro de atención al usuario. Es una gran realidad para todos sus empleados, es una afortunada realidad para Oviedo, para Asturias y, espero, también para su empresa, porque ésa será el mejor aval para que el proyecto se afiance y pueda, en un futuro que espero cercano, aumentar su número de trabajadores.

Aprovecho para subrayar una cuestión que ustedes, los responsables de Orange, han tenido muy en cuenta a la hora de decidir. La excelencia de este centro, que ha merecido de forma recurrente una alta valoración de sus clientes, se debe en muy buena medida, sin que quepa mayor duda, a la calidad de sus empleados. A ellos les felicito expresa y rotundamente. El mérito es suyo.

Los gobernantes no disponemos, por desgracia, de capacidades sobrehumanas para afrontar la recesión. Las limitaciones que sufrimos son de sobra conocidas. Ahora bien, no nos podemos consentir el desmayo ni la desilusión; no nos podemos tolerar la resignación. Ustedes nos están demostrando hoy, con esta inauguración, que incluso en las peores circunstancias, existen oportunidades si estamos atentos para descubrirlas y tenemos el valor de esforzarnos por ellas. Una empresa acobardada no habría hecho esta inversión para internalizar el centro de atención al cliente. El pesimismo y el miedo, como saben, son los mejores estimulantes de la parálisis y la inacción.

Nosotros hemos de tomar ejemplo. Hoy es una buena ocasión para insistir a todos los asturianos que, junto con los problemas de cada día, hay realidades alentadoras, como la de este centro de atención al usuario de Orange en Oviedo que, según las propias palabras del consejero delegado de Orange España, es “la plataforma más moderna” que existe en nuestro país.

La capacidad industrial de Asturias es uno de esos puntos de referencia que jamás debemos perder, porque la industria –la vieja y, cada vez más, la nueva industria- y los servicios asociados a ella, como ocurre con este centro, constituyen una de nuestras mayores fortalezas. Por ello mi gobierno concede una especial relevancia a la política industrial y en los próximos meses iniciará la elaboración de un plan de Ciencia, Tecnología e Innovación que, esperamos, dé más empuje a esa nueva industria que todos deseamos. Esa nueva industria que, estoy convencido, ha de ser la base de la nueva Asturias, con una economía más potente y diversa; una nueva Asturias que en buena medida ya existe y que a veces nos empeñamos en desconocer. El Gobierno que presido -y el consejero de Economía, aquí presente, es muy consciente de ello- conoce bien la trascendencia de la sociedad de la información y del desarrollo de las nuevas tecnologías de la comunicación. Ése es un camino en el que Asturias lleva mucha ventaja  y en el que queremos seguir estando a la cabeza, tanto en la extensión de la banda ancha como en el desarrollo de la e-administración y en el apoyo a todas las iniciativas relacionadas con un sector que define el rasgo principal de nuestro tiempo.

Concluyo. Les reitero mi agradecimiento. A los directivos de Orange que han tomado las decisiones que culminan, de momento, en esta inauguración, y a los empleados que con la calidad de su trabajo han hecho posible esta buena noticia para ustedes, para Oviedo y para Asturias. Una buena noticia que, insisto, agradezco compartir. Ustedes merecen el aplauso.