Por Manuel García Linares.- Cada vez que se dan los datos del paro, sea bajo el gobierno del PSOE o del PP, uno se echa a temblar. Asturias, en muy pocos años ha pasado de ser líder el ranking nacional a ser farolillo de cola, en los años sesenta nadábamos boyantes y además nuestros emigrantes ahorraban con orgullo para dar un futuro mejor a sus mayores y descendientes, todo era progreso y bienestar, gozábamos de un nivel de vida que era la envidia de aquellos, que un día, nos trataron como los parias europeos.
A partir de los años ochenta los pequeños terremotos económicos hicieron que nuestros cimientos se tambalearan, pero poco a poco todo se fue calmando y volvimos a nuestros cauces de gasto e inversión. Para navegar mas a gusto nos fuimos deshaciendo del lastre que nos pidieron nuestros nuevos socios europeos; ya lo habían echo con los anteriores incorporados a este “ nuevo paraíso”; nos fuimos deshaciendo del carbón, reduciendo el acero, la flota de pesca, la producción de leche; cerramos mataderos, ferias, fabricas de conservas y a cambio de toda esta limpieza empezamos a recibir subvenciones para nuestra reconversión; fabricas de gaitas, de embutidos sin cerdos para transformar, de quesos sin precio en la leche y empezamos a vender maderas nobles, como el castaño, para Portugal con el fin de que ellos nos vendieran, posteriormente los muebles; abandonamos la fabricación de las botellas y el vaso de sidra al igual que dejamos que los manzanos pasaran a ser el hogar del muérdago para venderlo en Navidad emulando a nuestros antepasados celtas.
Nuestra tierra llena de valles, ríos, regueros, acantilados,playas, bosques, picos y cañadas, con su correspondiente flora y fauna, se fue llenando de grandes y pequeños museos, centros de interpretación y demás inventos florales mientras abandonamos a su suerte nuestro patrimonio monacal, eclesiástico y nuestra arquitectura popular entre la que contamos con las maravillosas paneras y hórreos que, a decir del Principado, están protegidos, ignoro de que o de quien porque yo veo continuamente como se van abandonando frente a su natural deterioro hasta caerse a tierra de forma lamentable. Los asturianos que sacamos pecho y nos sentimos el ombligo del mundo, a la vez es como si nos sintiésemos avergonzado de nuestra naturaleza y de nuestra historia, esto se nota muy bien en los pueblos, despreciamos nuestra cultura ancestral por lo que no dudamos en cambiar un hórreo o panera por un adosado cubierto de azulejos de gresite y mármoles pulidos con vivos colores como símbolo de progresía, todo esto con el beneplácito de las administraciones municipales, cuyos munícipes lo único que pretenden es asegurar su garbanzo.
La evolución de la decadencia económica en Asturias se nota muy bien a través de las zonas rurales; Asturias, - como decía Ortega y Gasset cuando se refería a nosotros hablando de “ruralísmo asturiano” -, ha sido, es y será rural, por ello creo que ha sido un error incorporarnos a Europa con el pensamiento de que íbamos a ser mantenidos; un pueblo que abandona sus recursos naturales es un pueblo condenado a la miseria, por ello nos encontramos en la situación actual, perdidos y con la esperanza de que alguien nos saque del atolladero porque nos sabemos en que dirección marchar. Yo lo veo en Navelgas, este pueblo era el centro de una comarca próspera y autosuficiente, carpinterías, sierras de madera, ebanisterías, zapaterías, talabarterías, herrerías, artesanos de todo tipo, comercio de telas y de ultramarinos, matadero, industrias chacineras, batanes, telares, molinos harineros, mercados y ferias con nuestros productos, pensiones, casas de comida y bares, tiendas mixtas y sobre todo población. Con los recursos autóctonos se abastecía el mercado de las capitales, pasando previamente, por los “fielatos”, pero una vez que entramos en el virtual mundo de la subvención y el mantenimiento municipal,- a cambio del voto, - entramos en la decadencia, tal y como antes les había pasado a los países del “ telón de acero”, cuando el estado dijo: “ sálvese el que pueda” porque no los podía mantener todos salieron en mil direcciones, perdidos, sin saber que hacer porque estaban muy preparados académica mente, pero no para competir en un mercado libre.
No se como, pero tendremos que poner en marcha viejos sistemas de recuperación alternándolos con tecnologías actuales, como autónomos, porque nadie nos va a garantizar el salario. Hay que recuperar los mercados interiores y no va a ser facil, pero lo contrario es la desaparición de nuestra tierra.
1 comentario
# Cholo Responder
01/11/2012 19:54A esta situación nos condujo el entrar en la comunidad de "mercaderes" que es la U Europea a cualquier precio , porque los Asturianos núnca tuvimos a nadie que nos defendiera ni que defendiera nuestra particular idiosincrasia ni nuestras peculiaridadessd2