Junto con mi amigo y colega Tadateru Konoé de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, me siento honrado de aceptar este premio en nombre del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
Me gustaría dedicar el premio a los empleados y voluntarios del Movimiento que han perdido la vida en los últimos meses tratando de salvar la vida de otros.
En Pakistán, Yemen y Siria, por mencionar solo unos pocos lugares, hemos sufrido pérdidas que son trágicas por dos razones: en primer lugar, porque personas desinteresadas y de talento nos fueron arrebatados demasiado pronto. Y en segundo lugar, porque cientos, quizá miles de personas se encuentran ahora sin ayuda, como resultado de estas trágicas pérdidas.
Por tanto, pido a todas las fuerzas armadas y todos los grupos armados, políticos y líderes locales que permitan realizar sus tareas de forma segura no solo a los trabajadores de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, sino a todos los que tratan de aliviar el sufrimiento humano de forma imparcial. En particular, las enfermeras locales, los paramédicos y los médicos deben poder llevar a cabo su labor neutral e imparcial libre de presiones y libre de ataques.
Eso es lo que es preciso para preservar un cierto grado de humanidad en caso de desastre.