La Junta General rememora en Figueras la primera asunción por Asturias de la soberanía nacional

La Junta General rememora en Figueras la primera asunción por Asturias de la soberanía nacional

Castropol.-El presidente del Parlamento de Asturias entrega el sábado los respectivos Títulos  Conmemorativos  a los concejos que acogieron a la histórica Junta  General  del Principado en el periodo de 1809 y 1812  y  a todos los concejos  asturianos por haber defendido Asturias con motivo de la invasión napoleónica. Fue la primera ocasión en que Asturias se declaró soberana, ante el vacío institucional en España, asumiendo su representación ante las demás  naciones europeas.

Este  acto  se  enmarca dentro del la conmemoración del II Centenario de la Constitución  de 1812 y del fin de la guerra de la Independencia en tierras asturianas, que organiza la Junta General del Principado de Asturias.

 

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JUNTAS  ERRANTES EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA EN ASTURIAS

La Junta General actual, el parlamento asturiano, como heredero de nombre de la histórica institución que durante siglos pervivió en Asturias, participará en un acto que tendrá lugar en Figueras, dentro de unas jornadas de Historia Local,  para conmemorar el fin de la guerra de la Independencia en Asturias y el bicentenario de la Constitución de 1812.

 

La actual Junta General, fiel a su compromiso de rescatar y poner a disposición de los investigadores documentos de nuestro pasado, que permitan un mejor conocimiento de nuestra historia está editando la colección de Actas Históricas o Papeles de  la guerra de la Independencia entre otros títulos.

 

En este caso, aprovechando el bicentenario del fin de la guerra de la Independencia en Asturias, el parlamento asturiano desea expresar su reconocimiento institucional  a los lugares, pueblos y villas que acogieron a las Juntas de Asturias en los periodos de invasión napoleónica.

 

Si la guerra de la Independencia para oponerse a la invasión tuvo su punto de partida en el famoso 2 de mayo madrileño de 1808, en Asturias, bajo el paraguas de la tradicional Junta General, se creo una Junta Soberana en el mismo mes de mayo que declaró la guerra al invasor, envió emisarios a Gran Bretaña en demanda de ayuda y propuso convocar Cortes.

 

La Junta Soberana nombró como representantes ante la Junta Central nacional a Jovellanos y Camposagrado y planteó acciones políticas de gran calado, a la altura de los personajes históricos en ella implicados que luego proyectarían su conocimiento en las Cortes de Cádiz y en la política nacional posterior (los Flórez Estrada, del Riego, Argüelles, conde de Toreno, de la Vega Infanzón, Inguanzo, Cañedo y tantos otros) o que, en el ámbito regional, destacarían como buenos patriotas, gestores y políticos (al estilo de los García del Busto, Cienfuegos Jovellanos, Porlier, Jove Dasmarinas, Menéndez de Luarca, Bárcenas, Cancio y un sinfín más).

 

Primera invasión ( mayo- junio de 1809)

 

Un año después de iniciada  «oficialmente» la invasión, aquella Junta Soberana se vio sacudida por un golpe militar dado por el marqués de La Romana. Partidarios del cambio propiciado por el Marqués, patriotas también, formaron una nueva Junta, la denominada Junta de Armamento y Observación y ella fue la primera que hubo de huir ante la primera invasión.

 

Aunque duró menos de un mes aquella ocupación provocó que de la capital tuvieran que huir personas e instituciones. Primero a Argame, en Morcín, y luego a Teverga, los miembros de la Junta se libraron de caer bajo las fuerzas enemigas guiadas por tres grandes militares fieles a Napoleón y tenidos por él en alta estima (Kellerman, Ney y Bonet).

La segunda invasión (enero de 1810- junio de 1811)

 

Alejada de las rutas peninsulares principales, enviados efectivos asturianos a luchar en batallas fuera de Asturias, donde demostraron su valor, se creía Asturias fuera de los planes de guerra de Bonaparte, hasta que éste decidió poner fin a las retaguardias libres a las que llegaba la ayuda exterior y podían poner en riesgo la estabilidad de la invasión. En enero de 1810 el general Bonet  ocupa el Principado del que no saldrá hasta año y medio después. Una invasión larga que generó una estampida en la capital y creo dos administraciones y dos Asturias, la ocupada y la menos ocupada. Una invasión que iba a desencadenar la proliferación de partidas de guerrillas, de sistemas de Alarmas y de continuo hostigamiento.

 

La Junta que se creo en Luarca, siguiendo el modelo de convocatoria de la tradicional Junta General, se denominó Junta Superior de Observación y Defensa, que ante el avance de las tropas enemigas se vio obligada a vagar por lugares, pueblos y villas en un periplo que para la época nos parece increíble. En el mes de mayo de 1810, cuando las tropas invasoras amenazaban con extender su ocupación al occidente asturiano, la Junta Superior recorrió Boal, Villanueva de Oscos, Lamas de Moreira, Cecos, Cerredo, Caunedo, Teverga, Las Morteras, de nuevo Caunedo, Villar de Vildes, Vitos, Laciana, Monasterio de Hermo, Valle del Lago, Caboalles de Abajo, y Coto de Sena. Lugares hoy de Asturias, León y Lugo, aunque entonces la división territorial era otra. Las actas de aquella Junta errante tiene anécdotas múltiples, sin saber nunca dónde estarán al día siguiente. La Junta se reunirá en el lugar donde se halle, o irá o donde más combiniese.

 

Recaló la Junta Superior en Castropol por fin el mes de agosto y allí tuvo tranquilidad para organizar una mínima administración (hacienda, imprenta regional, tráfico marítimo, contactos con el gobierno central, coordinar el movimiento de tropas, aprovisionamiento y hospitales) a la par que cumplía con una misión de trascendental importancia, cual fue designar a los diputados asturianos para la Cortes Generales que en Cádiz redactarían la primera Constitución Española, la «Pepa», una constitución con el sello asturiano de Agustín Argüelles, el conde de Toreno, Alonso Cañedo, Pedro Inguanzo, Sierra y Llanes, Vázquez Canga o de la Vega Infanzón. Los siete firmantes asturianos de la Constitución de Cádiz, que este año cumple 200 años y a la que la Junta rinde homenaje en su web institucional con la trascripción de sus credenciales.

 

La Junta Superior estrenó el año 1811 en su exilio de Castropol. Pero nuevos movimientos enemigos la obligarían a desplazarse a Vegadeo, a Figueras, Mohías,  a Nuestra Señora de la Braña, a Miudeira, de nuevo replegados en el seguro puerto de Figueras, y de vuelta a Oviedo cuando en junio de 1811 las fuerzas de ocupación y su general Bonet, auténtico gobernante francés de Asturias, fueron reclamados a otros destinos.

 

 

La tercera invasión (noviembre de 1811- enero de 1812)

 

Las otras dos invasiones que aún sufriría en su tierra el Principado de Asturias serían mucho mas breves y las dos dirigidas por el mismo general bonapartista Jean Pierre François Bonet, un personaje importante en nuestra historia, al igual que el comisionados inglés que, en el otro bando, tanto ayudó a los patriotas, William Parker Carroll.

 

La tercera invasión afecta a una junta de distinta denominación y composición, la Junta Provincial. Ella también debe huir de Oviedo, llevándose consigo los pocos caudales de hacienda y la administración.

 

Esta vez el camino emprendido la lleva por Doriga, Cornellana, Tineo, Navelgas, Mohías y, de nuevo el puerto seguro de Figueras donde estrenará el año 1812, hasta que a fines de enero de 1812 puede volver a la capital donde las tropas de Porlier habían entrado antes.

 

Cuarta invasión (mayo-junio de 1812)

 

Aun habría de recibir el Principado un cuarto susto, cuando de nuevo Bonet y sus tropas toman la capital y obligan otra vez a la Junta a buscar refugio hacia occidente, esta vez embarcados en Gijón rumbo de nuevo a Figuera y Vegadeo.

 

Esta itinerancia forzada de la institución regional merece un reconocimiento expreso a los lugares que por culpa de aquellas circunstancias se convirtieron en improvisadas sedes de gobierno de urgencia. Reconocimiento extensivo por supuesto a las demás partes de Asturias que sufrió una ocupación dura, larga que sembró muerte y pobreza, como en aquella España en la que lucharon las tropas asturianas hasta el final. Un periodo, el de la guerra de la Independencia, que vio sin embargo el fin del antiguo régimen y alumbró la primera Constitución.

 

Historias  de aquellas Juntas y de aquel momento redactadas por historiadosres hay muchas y buenas. El Parlamento Asturiano ha editado las de Marta Friera, Enrique López y Alicia Laspra. A ellas nos remitimos.

 


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