El acto de entrega del galardón, celebrado en Gijón, contó con la presencia de Vicente Álvarez Areces y Francesc Antich, presidentes del Principado de Asturias y del Gobierno de las Islas Baleares
- El jurado estuvo presidido por Gregorio Peces Barba y contó, entre sus miembros, con Isabel Allende Bussi, Victoria Camps, Carlos Castresana, Pedro de Silva y Basilio Baltasar
- La activista saharaui Aminatou Haidar fue la ganadora del primer galardón
El Presidente del Principado de Asturias, Vicente Álvarez Areces, y el Presidente del Gobierno de las Islas Baleares, Francesc Antich, presidieron esta tarde en el Salón de Actos del Centro de Cultura Antiguo Instituto de Gijón la entrega a la organización Amnistía Internacional del segundo Premio Internacional Jovellanos “Resistencia y Libertad”, instaurado por las comunidades autónomas de Asturias y Baleares para reconocer los valores cívicos y el compromiso con los derechos humanos.
Al acto asistieron, entre otras autoridades, la Alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso, los consejeros de Cultura del Principado y de las Islas Baleares, Mercedes Álvarez y Bartomeu Llinás, y varios miembros del jurado que distinguió la trayectoria de Amnistía Internacional y que estuvo integrado por Gregorio Peces Barba, Isabel Allende Bussi, Carlos Castresana, Victoria Camps, Pedro de Silva y Basilio Baltasar. La entrega de este galardón coincide con la conmemoración del segundo centenario de la muerte del ilustrado asturiano. La dotación económica del premio es de 38.000 euros.
El Premio Internacional Jovellanos “Resistencia y Libertad”, que contribuye a reforzar los vínculos de las comunidades autónomas de Asturias y Baleares con los ideales de libertad, pluralidad y progreso, tiene una periodicidad anual. El primer premio recayó en la activista saharaui Aminatou Haidar y se entregó hace un año en Palma de Mallorca con la presencia de los Presidentes autonómicos de Asturias y Baleares. El jurado que concedió aquel premio estuvo formado por los escritores José Saramago, recientemente fallecido, y Barbara Probst Solomon; el ex Director General de la UNESCO Federico Mayor Zaragoza; el ex presidente del Principado de Asturias y escritor Pedro de Silva; el juez Carlos Castresana; y el editor y periodista Basilio Baltasar Cifre.
Este galardón internacional permitirá estrechar los lazos culturales e históricos de ambas autonomías, merced a la figura de Gaspar Melchor de Jovellanos. También servirá para intensificar la proyección de Asturias y Baleares en el exterior, dar un mayor relieve a la figura y la obra del ilustrado asturiano y, lo que es más importante, reconocer los valores cívicos de aquellos ciudadanos de cualquier parte del mundo que sufren persecución o castigo por su compromiso con los derechos humanos y los valores que éstos representan.
La huella de Jovellanos
El Premio Internacional Jovellanos “Resistencia y Libertad” pretende ayudar eficazmente a la causa de los galardonados siguiendo la huella de Jovellanos, que fue el representante más destacado de los reformadores ilustrados españoles. Jovellanos no fue ajeno al nuevo paradigma moral ni a ninguna de las nuevas ideas económicas, jurídicas, políticas, científicas e históricas de la Ilustración. Su sistema de ideas, disperso en sus múltiples escritos, arranca del valor ético del hombre individual, de los valores de un individuo que demanda libertad y justicia universal en un nuevo Estado que debe reformar su entramado político para incorporar la solución de los problemas a través de la educación, la ciencia y la economía.
Jovellanos concibió el proyecto ilustrado como pragmatismo moral y a través de él aspiró a transformar el entramado del Estado, a reorganizar las instituciones de gobierno y a formular la transición política del Antiguo Régimen a un Estado moderno. Una reorganización que chocó con la intransigencia y culminó en la madrugada de un 13 de marzo de 1801, cuando fue apresado y conducido como reo de estado a Mallorca. El ilustrado pasó varios años de prisión en el Castillo balear de Bellver. Jovellanos manifestó allí con mayor energía su vocación ilustrada y reformista en Asturias, su tierra natal, “confinada entre las más brava y menos frecuentada de sus costas y una cordillera de montañas inaccesibles” como él mismo la describió, y en la no menos apartada isla de Mallorca.