Por Fernando Bazán/noticiasdesiria.blogspot.-En un video publicado en YouTube, “Comunicado Número 1 desde el interior”, el líder del Ejército Libre Sirio (ELS) el Cnel. Riad al-Asad, anunció que se trasladará a Siria la cúpula del ELS para "unir a todos los grupos rebeldes" y luchar "al lado de todas las brigadas y las facciones" que operan en Siria, hasta que el régimen de Assad se ha eliminado. El ELS, una estructura de control de brigadas independientes y grupos formados por desertores de las FFAA sirias y civiles, se ha propuesto como objetivo una mayor coordinación con esos elementos y centrarse en ejercer presión sobre el corazón del régimen en Damasco.
Los comandantes del ELS se trasladarán desde el exilio en Turquía, hacia zonas controladas por rebeldes en el norte de Siria -por primera vez desde la creación del ELS- en una medida simbólicamente importante que refleja la mayor confianza de la dirección rebelde y resalta la pérdida del control del presidente Al-Assad de grandes áreas en Idlib y Aleppo, al norte del país.
El Brig. Gral. Mustafá Al-Sheikh, miembro del consejo militar del ELS, señaló que la decisión se tomó la semana anterior "con el objetivo de unir a todos los grupos rebeldes". Al-Sheikh adelantó que el nuevo centro de mando se asentará en un lugar secreto, este dato sin duda se debe a que será muy vulnerable a los ataques aéreos del régimen sirio y podría aumentar la presión para algún tipo de cobertura aérea internacional a las "zonas liberadas".
Con la promesa de no "llegar a acuerdos con nadie hasta que liberemos Damasco", el Cnel. Assad dijo en el video que "les prometo que no vamos a hacer ningún trato en detrimento de nuestra población, su identidad, su religión, su unidad, su libertad, soberanía o independencia." La Fuerza Aérea Siria (FAS) supondrá un problema importante para los rebeldes y aunque algunas zonas ya están fuera del control del gobierno, la FAS ataca a voluntad esas zonas, algo que podría restringir los movimientos de los líderes del EL en el norte de Siria -para canalizar armas, cumplir sus objetivos, etc.- por lo que “territorio liberado” no implica que en esas áreas el régimen no pueda reafirmarse aplicando de manera intensiva el poder aéreo.
Unos 28 grupos de la oposición siria anunciaron el aplazamiento indefinido de la Conferencia Nacional, que estaba programada para el 23 de septiembre, "para evitar cualquier paso que pudiera conducir al fortalecimiento de la división de la oposición nacional, la prolongación de la crisis siria y sus altos costos a nuestro pueblo y la patria." Barwin Ibrahim, una figura de la oposición, dijo que una de las principales razones detrás de la postergación eras las diferencias entre los distintos partidos de oposición y el Comité de Coordinación en relación con la visión y los fundamentos del futuro de Siria; además Ibrahim se preguntó "Si las tropas sirias volviesen a sus cuarteles ¿Qué Órgano de Coordinación Nacional será capaz de detener al ELS?”
Cientos de combatientes internacionales llegan a Siria para unirse a la guerra contra el gobierno de Bashar Al-Assad, algunos son idealistas impulsados por una idea romántica de la revolución o el odio hacia los Al-Assad pero otros son veteranos yihadistas de Irak, Yemen y Afganistán; estos combatientes se dispersaron en diferentes organizaciones yihadistas: Ahrar Al-Sham ("los Hombres Libres de Siria") y Jabhat Al-Nusra ("Frente para la ayuda de la gente del Levante"), algunos como los chechenos Abu Omar, se les permitió formar sus propias unidades conocidas como la Muhajiroun (o "inmigrantes"). Las discrepancias en los niveles de capacidad de combates entre estos grupos es notoria: los chechenos de mayor edad, más fuertes usan uniformes de combate y se distanciaron del resto, moviéndose en un grupo muy unido, los grupos turcos son ex soldados que visten correas y equipo al estilo occidental, mientras que los tayikos y paquistaníes son evidentemente pobres.
Días más atrás, en el puesto fronterizo de Bab Al-Hawa, se estuvo al borde de un enfrentamiento entre los yihadistas y los rebeldes sirios cuando combatientes de la Brigada Farouq -una de las unidades mejor equipadas y disciplinadas del ELS- fueron cuestionados por un grupo de 20 yihadistas que les dijeron "está confrontación es entre dos ejércitos apóstatas y cuando hayamos terminado con un ejército, comenzaremos con el siguiente", refriéndose al ejército sirio y al ELS. Semanas antes de este cruce verbal, los yihadistas extranjeros -que jugaron un papel importante en la toma del puesto fronterizo- izaron la bandera negra de al-Qaeda con el sello del profeta estampada; la brigada Farouq exigió el retiro de la bandera para no enemistarse con los turcos y amenazar así una ruta vital para los suministros de los rebeldes, el ultimátum se dio con los vehículos blindados del ELS apuntando a los yihadistas.
El objetivo del ELS con su traslado a territorio sirio parece ser tanto político como militar, a fin de ganar legitimidad y cerrar la brecha con los grupos opositores de exiliados que compiten para posicionarse como los sucesores de Al-Assad; tanto los combatientes como los activistas de la oposición dentro de Siria se han burlado de los líderes exiliados del ELS a los que señalan de “oportunistas, alejados de la batalla y ausente de los sirios que participan directamente en los combates”.
Pero con un cambio de sede de la cúpula del ELS no se solucionan los problemas, ya que los rebeldes deberían nombrar a cristianos y alawitas en puestos de jerarquía para mostrar una diversificación dentro de sus filas que signifique un modelo de inclusión para la comunidad internacional y principalmente, para la sociedad siria; la incertidumbre derivada de la sensación de vulnerabilidad de las minorías cristiana-alawitas, frente a una mayoría sunita, ha limitado la cooperación de estos grupos hacia los rebeldes. Otro contratiempo que enfrenta el ELS es la canalización de los fondos de donantes internacionales –por caso Arabia Saudita- hacia grupos rebeldes satélites que cuestionan y desafían las decisiones del ELS.
El problema del ELS es doble: la percepción y la política. Un amplio paragua de grupos rebeldes fragmentados se verían beneficiados con una dirección centralizada, pero la percepción internacional del ELS como un grupo heterogéneo carente de coordinación y liderazgo no cambia por un cambio de locación. El ELS no ha hecho nada por derrumbar la imagen proyectada el régimen sirio sobre una “venganza” de los grupos sunitas contra los cristianos-alawitas, en una sociedad altamente fragmentada, el ELS deberá trabajar contra esa sensación social construyendo espacios inclusivos dentro de su paraguas de grupos rebeldes.