El senador de FORO, Isidro Martínez Oblanca, ha presentado una interpelación al Gobierno, que se debatirá en el Pleno del Senado del próximo martes, día 25, en la que inquiere por “la política de infraestructuras y, especialmente, con sus previsiones de presupuestos, plazos y planes respecto a las autovías, ferrocarriles, puertos y aeropuerto de Asturias”.

En el texto explicativo de la interpelación, Oblanca realiza un recorrido por la situación actual de las obras y proyectos relacionados con las principales infraestructuras de transporte asturianas:

“Asturias mantiene en la actualidad su condición de territorio aislado por el Sur, por el Este y por el Oeste porque las infraestructuras de transporte, que recibieron un notable impulso entre 1996 y 2004, sufren desde entonces un notable abandono por parte del Gobierno, con el consiguiente parón en sus avances, y continúan siendo una asignatura pendiente para dar término a la marginación de la que, históricamente, ha sido objeto la región, lastrando su desarrollo y su futuro. Autovías, ferrocarriles, puertos y aeropuerto necesitan de un impulso para aprovechar las grandes inversiones públicas ya realizadas y no completadas.

Para que los beneficios de la convergencia europea y española se perciban en Asturias, es imprescindible completar cuanto antes la red de autovías y terminar con la situación de parálisis que sufren las obras públicas del Estado. Así, los dos subtramos entre Unquera y Llanes, de la Autovía del Cantábrico, siguen sin completarse pese a que resultan cruciales para la conexión con la España más avanzada y con Europa.

La conexión con Galicia de la citada Autovía del Cantábrico también es fundamental para que la zona occidental asturiana se conecte con la región vecina y pueda aprovechar la fuerza de su desarrollo, así como obtener ventaja de la influencia del norte de Portugal.

Otro corredor que sufre los efectos de la paralización de la inversión en infraestructuras es la Autovía A-63 Oviedo-La Espina, cuyos tramos en ejecución o están parados o vieron modificados, a peor, los proyectos iniciales.

Los accesos a los puertos de El Musel-Gijón y de Avilés acumulan un extraordinario retraso que impide culminar y optimizar la operatividad de las grandes ampliaciones ejecutadas, mermando la competitividad de las instalaciones, terminales y servicios portuarios con enorme incidencia en la economía regional y en el empleo.

La Alta Velocidad Ferroviaria tiene en el retraso de la Variante de Pajares el obstáculo para su llegada a Asturias y la consiguiente intercomunicación con la Meseta, cuando solo está a falta de las instalaciones de vía, catenaria y señalización y comunicaciones, lo que supone un despilfarro escandaloso del noventa por ciento de la inversión ya realizada.

Pero también el ferrocarril ve condicionado su desarrollo interior y el notable descenso de usuarios en las Cercanías de RENFE y FEVE dan prueba de la pérdida de calidad que se percibe, muy significativamente, tras la entrada en servicio de la denominada ‘estación provisional’ de Gijón y la prolongación de la parálisis en la integración del ferrocarril en la ciudad y el colosal desperdicio del túnel de 3,5 kilómetros que la atraviesa transversalmente para aproximar el tren a los ciudadanos y que carece de uso.

Finalmente, el aeropuerto ha perdido paulatinamente vuelos, conexiones y compañías aéreas, derivando su nivel de servicios a cifras y calidades de principios de siglo”.