La salud del corazón de millones de europeos aún se encuentra en riesgo debido al alto contenido de ácidos grasos trans de algunos alimentos rápidos y procesados. Aunque los niveles globales han disminuido, pocos países tienen una limitación legal en los alimentos que se venden o en comidas de restaurante.
Una nueva investigación describe el contenido de ácidos grasos trans – que se encuentran principalmente en alimentos industrializados sometidos a hidrogenación o al horneado – en los alimentos más populares de 16 países miembros de la Unión Europea (UE).
Los datos, publicados en el British Medical Journal, revelan que a pesar de que el contenido total de grasa de los alimentos ha disminuido, pocos países europeos han impuesto límites legales al respecto.
Por ello, según explican los autores, “todavía es perfectamente posible comprar ciertos alimentos envasados, ??y comerlos en restaurantes, que contienen niveles muy altos”.
Todavía es perfectamente posible comprar ciertos alimentos envasados que contienen niveles muy altos de grasa trans
En el estudio, que cuenta con los contenidos registrados en 2005 y 2009, solo se incluyeron aquellos alimentos con más de 15 gramos de grasa por cada 100 de producto.
Los resultados de 2005 muestran que una porción grande de patatas fritas y nuggets de pollo, 100 g de palomitas de maíz para microondas y 100 g de bizcocho o galletas proporcionaban más de 30g/100g de grasas trans en cinco países de Europa del Este y entre 20 y 30g en ocho países de Europa Occidental.
Por su parte, en 2009 el análisis reveló que el contenido total de esta grasa en las patatas fritas y nuggets había caído sustancialmente en todos los países europeos estudiados. Sin embargo, en las palomitas de maíz, pasteles y galletas había caído en países de Europa occidental, pero no en Europa del Este, donde se mantuvo alta.
Si en países como Hungría, Polonia y República Checa la proporción de estos ácidos grasos era entre 10 y 20g, e menú equivalente en Alemania, Francia y Reino Unido proporcionaba menos de 2g.
Los autores señalan que “un etiquetado más claro de los alimentos es una forma de limitar el consumo de ácidos grasos trans, aunque la mayoría de los países todavía dependen de los fabricantes de alimentos para reducir voluntariamente el contenido de sus productos”.
Los primeros de la clase
Sólo unos pocos países, como Dinamarca, Austria, Suiza e Islandia, han desarrollado una legislación que ha obligado a la industria a limitar al 2% la cantidad de grasa trans utilizada en los alimentos.
No obstante, los alimentos con alto contenido de grasas trans, que pueden llegar al 60% del contenido total de grasas, aún pueden ser vendidos legalmente como productos envasados ??o sin envasar en restaurantes y establecimientos de comida rápida en otras partes de Europa.
"Esto significa que en 2012 sólo una minoría de aproximadamente 14 millones, de los 500 millones de personas en la UE, están protegidos por la legislación contra los alimentos que contienen altas cantidades de grasas trans", advierten los autores.
Más riesgo de enfermedades cardiovasculares
Los ácidos grasos trans están producidos principalmente por la hidrogenación industrial de aceites vegetales, un proceso que ayuda a prolongar la vida útil de los productos horneados en los que se utilizan.
En estudios anteriores, las conclusiones afirmaban que una ingesta diaria de ácidos grasos trans de 5 g se asocia con un riesgo 23% mayor de enfermedad cardíaca coronaria.
En 2009, el contenido total de grasa trans en las patatas fritas y nuggets cayó en todos los países europeos estudiados. Imagen: c3lsius_bb.