Teherán, 16 de septiembre, IRNA - En caso de un ataque israelí a Irán, el contraataque de Teherán no dejará nada de Israel, así ha advertido el comandante general del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán (CGRI), Mohamad Ali Yafari

Al asegurar que el régimen de Israel con su pequeña extensión y amplias vulnerabilidades, no podrá sobrevivir frente a la masa de misiles de Irán, el general de división Yafari ha señalado que es clara la respuesta de Irán a un ataque militar del régimen de Israel a territorio persa pues el contraataque de Teherán no dejará intacto ni un pedazo de Israel.

Respondiendo a una pregunta sobre si la República Islámica podrá contrarrestar ante el poderío militar de EE.UU., el alto comandante persa ha precisado que Teherán está consciente de las capacidades y los puntos débiles de Washington.

“Nosotros no pensamos de ningún modo en la posibilidad de un amplio ataque militar de EE.UU. contra Irán, ya que ellos (Washington) están conscientes de que sin duda van a fracasar”, ha sostenido el comandante Yafari.

Ha destacado, además, la capacidad misilítica de Irán, la cual minimiza el impacto de posibles “limitados ataques” de EE.UU., y ha precisado que aunque el sistema de escudos antimisiles de Washington pueda impedir unos pocos misiles, no funcionará ante un gran número de cohetes.

El comandante del CGRI ha desmentido un mensaje de la Casa Blanca que rechaza cualquier involucración estadounidense en una posible agresión israelí contra Irán, para así proteger sus bases militares en el Golfo Pérsico, a la vez que ha recalcado que Teherán sabe que el régimen de Israel no se atreve atacar a Irán, sin la luz verde de Washington.

La República Islámica de Irán considera un supuesto ataque israelí en su contra -con la implicación de EE.UU.- y lo responderá de forma contundente con un golpe militar a los recintos militares de Washington instalados en el enclave pérsico.

Las autoridades del régimen de Israel han planteado, en reiteradas ocasiones, la idea de ejecutar una agresión militar contra Irán, por acusarle de perseguir un programa nuclear no civil.

Esta escalada de amenazas e intimidaciones es lanzada por el régimen de Tel Aviv, que mantiene almacenado en sus arsenales más de 200 ojivas nucleares y que contrario al proceder de Teherán se rehúsa a suscribir el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).

Irán rechaza tales acusaciones y argumenta que, como signatario comprometido del TNP y miembro de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), tiene derecho a desarrollar y adquirir tecnología nuclear con fines pacíficos, y no busca fabricar armas nucleares.