Un siglo y medio es el tiempo que el bailarín, coreógrafo y maestro de la danza Víctor Ullate quiere que permanezca guardado el legado personal que ayer ha depositó en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes. La ministra de Cultura y la directora del Cervantes estuvieron presentes en este homenaje a Ullate (Zaragoza, 1947), el primer bailarín español que cede un legado al Instituto.

Pero no habrá que esperar 150 años para conocer su contenido. Ullate lo desveló: un chaleco con el que interpretó “El Madrid de Chueca” con el Ballet Nacional en 1982; un reloj que perteneció a su abuelo, y un anillo de su padre. Estos tres objetos tan personales, explicó, representan el tiempo físico, el tiempo mental y la parte emocional de la vida, respectivamente.

Todo ello lo depositó en la caja de seguridad número 1.560, que se abrirá el 6 de junio del año 2161. Ninguna de las otras 17 personalidades de la cultura española e hispanoamericana que han cedido legados en los últimos cinco años había elegido una fecha de apertura tan lejana.

“Con el trabajo se consigue todo en la vida; a mí me ayudó a lograr un sueño con el que soy profundamente feliz: la danza”, dijo Víctor Ullate, premio Nacional de Danza (1989), medalla de Oro de las Bellas Artes (1996) y premio Max de Honor (2008). Le acompañaban su familia –entre ellos su hijo Víctor, también bailarín- y un nutrido equipo del “Víctor Ullate Ballet” de la Comunidad de Madrid que él mismo fundó y en el que sigue enseñando a diario.

La directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel, manifestó su admiración por un maestro “entusiasta, valiente y luchador”, que creó en 1979 la primera compañía de ballet clásico estable y que desde el año 2000 encabeza una fundación para enseñar danza a niños y jóvenes con o sin recursos. “El Instituto Cervantes, que también tiene vocación pedagógica, alaba esa labor generosa” de dicha fundación, declaró Caffarel.

La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, felicitó al bailarín y coreógrafo, “una persona irremplazable” en la danza española que nos seguirá dando grandes satisfacciones. “Gracias por repartir tu talento”, le dijo.

Aunque Víctor Ullate es el primer bailarín español que deja un legado en el Cervantes, la danza femenina está representada por la bailarina y coreógrafa cubana Alicia Alonso, quien en 2008 también depositó un objeto en la antigua cámara acorazada del Instituto.

La Caja de las Letras custodia asimismo legados de Francisco Ayala, Antonio Gamoneda, Ana María Matute, Juan Gelman, Juan Marsé, José Emilio Pacheco, José Manuel Caballero Bonald, Carlos Edmundo de Ory, Antoni Tàpies, Luis García Berlanga, Margarita Salas, Cristóbal Halffter, Manuel Alexandre, Carmen Balcells y Nuria Espert.

FOTO: Carmen Caffarel, directora del Instituto Cervantes, presenta el acto acompañada por Ángeles González-Sinde, ministra de Cultura, y Víctor Ullate.