Perú.-Una pintura colonial que data de 1790 ha servido de soporte para que los investigadores del Museo Afroperuano de Zaña recreen la danza de los diablitos: Una manifestación artística que se perdió en la zona hace doscientos años y que el 25 de agosto último fue escenificada en las calles de la mítica ciudad de la región de Lambayeque.
La estampa se encuentra en una obra del religioso español Baltasar Jaime Martínez Compañón y Bujanda (1737 - 1797), obispo de Trujillo entre los años de 1780 y 1790. Muestra la pelea entre el Diablo Mayor y el Arcángel San Miguel, los demonios, los músicos y los danzantes. La comparsa, ese día, partió del antiguo templo colonial San Agustín de Zaña y recorrió todas las calles de la ciudad.
Hubo cerca de 50 demonios. Reaparecieron instrumentos de la diáspora africana: tamborines, la kalimba, o m´bira y el banjo. Junto a ellos estuvieron los objetos sonoros creados por afrodescendientes en el Perú: el checo, la angara, el tamboreco (medio calabazo ovalado con raspador), las carrascas y la cajita rectangular. Estos últimos instrumentos también han sido rescatados por el Museo Afroperuano de Zaña.
La importancia de esta jornada cultural se centra en la salvaguardia del patrimonio cultural de los afrodescendientes. Se rescata una antigua danza del período de la esclavitud, y se reviven los sonidos de instrumentos musicales extinguidos que el Museo Afroperuano de Zaña ha logrado recuperar. La letra de la canción Los diablitos de Zaña fue creada por el decimista Hildebrando Briones Vela y la música es una inspiración de Roberto Arguedas Caycho.
En la comparsa participó una caravana artística de Lima encabezada por Rafael Santa Cruz (quien tocó quijada de burro y kalimba), Alfredo Valiente (percutió el tamboreco), Roberto Arguedas (acompañó con la cajita rectangular). De diversas partes del norte peruano participaron destacadas agrupaciones artísticas como La Peña Lambayecana (que interpretó la canción Los diablitos de Zaña), Herencias, Lundú, Lundero, Afrodec-Capote, Despertar, Alma Zañera, A Lundero le Da, y la banda de músicos del Colegio Santo Toribio de Mogrovejo.