El presidente Obama viajó a Toledo, Ohio, donde visitó el Grupo Chrysler, una fábrica que emplea a más de 1.700 trabajadores que producen Jeep Wrangler, Libertades Jeep, Dodge y Nitros. Hace apenas dos años, Chrysler fue a la declaración de quiebra, y el presidente Obama tomó la difícil decisión de apoyar la reestructuración de la empresa en lugar de permitir su cierre, lo que habría costado decenas de miles de empleos en Estados Unidos.
Hoy en día, Chrysler está reembolsando sus préstamos del gobierno seis años antes de lo programado, y lleva cinco trimestres consecutivos de ganancias operativas. A principios de esta semana, el Consejo Económico Nacional dio a conocer un nuevo informe sobre el resurgimiento de la industria automotriz estadounidense. En los últimos dos años, la industria automotriz ha añadido 113.000 puestos de trabajo, el mayor ritmo de crecimiento del empleo en la industria automotriz desde 1998.