Oviedo.-La Federación Española de Bancos de Alimentos ha sido galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2012 según hizo público hoy en Oviedo el Jurado encargado de su concesión. El Jurado de este Premio –convocado por la Fundación Príncipe de Asturias– estuvo presidido por Javier Fernández Fernández, presidente del Principado de Asturias, e integrado por Ramón Aguirre Rodríguez, Fernando de Almansa Moreno-Barreda, vizconde del Castillo de Almansa; José Ramón Álvarez Rendueles, José María Arias Mosquera, Rosa Isabel Aza Conejo, Adolfo Barthe Aza, Antonio Basagoiti García-Tuñón, Francisco Daurella Franco, Juan Manuel Desvalls Maristany, marqués del Poal; Felipe Fernández Fernández, Pedro Luis Fernández Pérez, José Antonio Fernández-Rivero, Francisco de la Fuente Sánchez, José Luis García Palacios, Agustín Iglesias Caunedo, Alicia Koplowitz Romero de Juséu, marquesa de Bellavista; Teresa Mallada de Castro, Carmen Moriyón Entrialgo, María del Pino Calvo-Sotelo, Rodrigo de Rato y Figaredo, Matías Rodríguez Inciarte, Ángel Ron Güimil, Pedro Sanjurjo González, Ramón Sotomayor Jáuregui, Antonio Suárez Gutiérrez, José B. Terceiro Lomba, José María Villanueva, Juan Miguel Villar Mir, marqués de Villar Mir, Santiago de Ybarra y Churrruca, conde de El Abra, Santiago Zaldumbide Viadas y Pedro de Silva Cienfuegos-Jovellanos (secretario).
Esta candidatura ha sido propuesta por Antonio Trevín Lombán, diputado por Asturias en el Congreso. Integrada en la Federación Europea de Bancos de Alimentos, que aglutina un total de 204 bancos de 21 países, la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL) se creó en 1996 para coordinar las actividades de estas organizaciones benéficas sin ánimo de lucro existentes en todo el país. La Unión Europea sufraga aproximadamente la mitad de los alimentos distribuidos a través de esta organización en España. La Federación Española pertenece al Comité de Expertos de Agricultura de la Comisión Europea.
El primer banco de alimentos de España fue el de Barcelona, fundado en 1987, iniciativa que rápidamente se extendió por todo el territorio, existiendo en la actualidad un total de 54 bancos de alimentos, con presencia en todas las provincias. El principal objetivo de estas organizaciones es la recuperación de excedentes alimenticios y su redistribución entre las personas necesitadas, evitando su desperdicio o mal uso. Los bancos de alimentos no reparten directamente a las personas, sino que lo hacen a través de instituciones asistenciales y de ayuda social reconocidas por las administraciones públicas y que están en contacto directo con los necesitados. Su actividad está fundamentada en los siguientes principios: primacía de gratuidad (los alimentos son recibidos y distribuidos gratuitamente y el trabajo de los colaboradores es voluntario, sin retribución), seguridad de una distribución justa (a través de entidades benéficas reconocidas legalmente), promoción de la solidaridad y la cohesión social (a través de la ayuda a personas con necesidad alimentaria apremiante), absoluta profesionalidad y administración transparente sometida a controles legales y contribución a la sostenibilidad y preservación del medio ambiente (se evitan los procedimientos contaminantes de destrucción de alimentos). La Federación Española se ocupa de coordinar las actividades de todos los bancos y facilitar las relaciones con los organismos de las administraciones españolas e internacionales, así como con otras entidades no lucrativas y empresas que facilitan alimentos excedentes. También gestiona las ayudas públicas y privadas destinadas a dotar a los almacenes del equipamiento técnico necesario y a atender las necesidades económicas de funcionamiento. Los bancos están organizados en áreas de aprovisionamiento –recogida de alimentos a través de empresas y de campañas o festivales–, distribución –asignación de cantidades y tipos de alimentos a entidades benéficas–, gestión de existencias –recepción de alimentos, conservación y preparación de pedidos– y administración.
El voluntariado de los bancos de alimentos está constituido, por lo general, por profesionales jubilados o prejubilados que desarrollan tareas de dirección, contabilidad, almacén, transporte y aprovisionamiento, así como otras de apoyo jurídico y relaciones públicas. Los bancos integrados en la Federación reciben donaciones de productos y aportaciones materiales de más de 3.000 empresas e instituciones, empresas de logística y transporte, de construcción, entidades financieras, fundaciones y grupos o medios de comunicación, así como de donantes particulares. En 2011, los bancos españoles trabajaron con 7.106 instituciones benéficas de toda España, repartiendo 104.000 toneladas de alimentos y prestando asistencia a más de 1.300.000 personas. Los Premios Príncipe de Asturias están destinados, según los Estatutos de la Fundación, a galardonar “la labor científica, técnica, cultural, social y humana realizada por personas, instituciones, grupos de personas o de instituciones en el ámbito internacional”. Dentro de este espíritu, el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia se concederá a aquellos “cuya labor contribuya de forma relevante al
fomento de la paz, la defensa de los derechos humanos, la libertad, la solidaridad, la protección del patrimonio y, en general, al progreso de la humanidad”. El Reglamento establece que podrán presentar candidatos a las distintas categorías de los Premios Príncipe de Asturias: los galardonados en las ediciones anteriores, personalidades e instituciones invitadas por la Fundación, embajadas españolas, representaciones diplomáticas en España, los integrantes de los ocho jurados, siempre que las candidaturas que presenten no opten al Premio en la categoría de cuyo Jurado ellos formen parte, y otras personalidades e instituciones de reconocido prestigio. En esta edición concurrían un total de total de 34 candidaturas procedentes de Alemania, Bangladés, Canadá, Colombia, Cuba, Ecuador, Egipto, Emiratos Árabes, Estados Unidos, Francia, Irlanda, Israel, Nicaragua, Países Bajos, Palestina, Reino Unido Sierra Leona, Turquía y España. Este ha sido el último de los ocho Premios Príncipe de Asturias que se conceden este año, en que cumplen su trigésimo segunda edición. Anteriormente fueron otorgados el Premio Príncipe de Asturias de las Artes al arquitecto español Rafael Moneo, el de Ciencias Sociales a la filósofa estadounidense Martha C. Nussbaum, el de Comunicación y Humanidades al diseñador de videojuegos japonés Shigeru Miyamoto, el de Investigación Científica y Técnica al biólogo británico Sir Gregrory Winter y al patólogo estadounidense Richard A. Lerner, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras al escritor estadounidense Philip Roth, el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional al Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y el Premio de los Deportes a los futbolistas Iker Casillas y Xavier Hernández. Cada uno de los Premios Príncipe de Asturias, concedidos por primera vez en 1981, está dotado con una escultura de Joan Miró –símbolo representativo del galardón−, la cantidad en metálico de 50.000 euros, un diploma y una insignia. Los galardones serán entregados en otoño en Oviedo, en un solemne acto presidido por S.A.R. el Príncipe de Asturias.