El director general de Casa Asia, Ramón María Moreno, ha asegurado hoy en Santander que el Ministerio de Asuntos Exteriores trabaja para que España “empiece a ver a India como la gran potencia del siglo XXI que será”. India debe ser “un país prioritario” para España, ha mantenido, “porque es un gigante que ha recuperado la voz en el contexto internacional”, con un espectacular crecimiento económico.
Moreno hizo esta afirmación durante la inauguración del seminario ‘India: pasado, presente y futuro’ que tiene lugar esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en el que se analizarán las claves para comprender este país y sus especiales circunstancias. El curso está patrocinado por Casa Asia, organismo dependiente tanto del Ministerio de Asuntos Exteriores como de la Generalitat de Cataluña y de los ayuntamientos de Barcelona y Madrid.
El director general de la institución reconoció que India es un lugar “difícil de comprender” desde la cultura europea “porque allí conviven varios siglos a la vez”. Por un lado, es muy tradicional y ha sido cuna de grandes religiones pero, ahora mismo, es un país “muy moderno”, en el que se han producido grandes avances socioeconómicos “pese a que es el segundo país más poblado del mundo: se cree que en 2025 superará a China”.
Además, es el noveno país más industrializado aunque, al tiempo, el crecimiento que está experimentando es una “enorme oportunidad” para los europeos. En este contexto, Moreno destacó que es “fundamental” que España tenga allí “la presencia y el papel” que le corresponde, ya que las posibilidades de hacer negocios son importantes,
como están viendo las más de 250 empresas españolas que ya se han instalado en el lugar.
También para el indólogo, director del Instituto Cervantes de Delhi y uno de los mayores expertos españoles en este país, Óscar Pujol, India es, a la vez que una gran potencia emergente, “un continente donde las paradojas son infinitas”. Pujol subrayó que “junto a una legión de ingenieros convive allí una legión de analfabetos”.
En su opinión, “hay que bajar esa imagen de súper India que se nos da” porque persisten datos como el que la agricultura representa un 17% del Producto Interior Bruto (PIB) aunque emplea al 52% de una población de 1.200 millones de personas. “Es el cuarto país por paridad adquisitiva”, agregó, “pero su renta per cápita está por debajo de la de Honduras, Angola o el Congo”. Junto a esta realidad de pobreza, en India “hay más móviles que en toda Europa”.
Para Óscar Pujol, India tiene grandes fortalezas que, en su reverso, le provocan igualmente grandes debilidades. Por un lado, es un país muy plural, acostumbrado a gestionar la multirreligiosidad y lo multiétnico sin que se produzcan “cataclismos sociales”. Es un valor el que su población sea joven -la media de edad es de 26 años-, el que tiene “pasión por el conocimiento” y el que es una democracia “cuya sociedad civil está extraordinariamente viva”.
Las debilidades se encuentran en todos los conflictos que le genera el propio multiculturalismo, “con las guerras de castas, los roces entre comunidades religiosas y los nacionalismos pujantes”, la sobrepoblación -y la presión ecológica que se deriva de ella- “que se siente de forma dramática” y una educación que ha sido siempre “elitista, lo que significa que el 40% de la población es analfabeta”.
Finalmente, pese a que el Estado es democrático “hay muchísima corrupción” y se está viendo que no sólo se ha producido una criminalización de la política, sino también que la vida política “se está llenando de criminales”. Esto ha llevado a que se hayan organizado en el país “dos grandes movimientos de indignados”