Investigadores del CSIC descubren que su disponibilidad depende de la producción de óxido nítrico
La carencia de este compuesto en el sistema nervioso se asocia a la depresión y a otras disfunciones
Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han descubierto que el zinc, un oligoelemento indispensable para numerosas funciones biológicas, juega un papel relevante en la neurotransmisión del sistema nervioso. El hallazgo, reflejado en la revista Antioxidants & Redox Signaling, permite entender la relación de este compuesto con determinadas disfunciones como la depresión.
El zinc, “altamente biodisponible” en la carne, el marisco o el pescado, interviene
principalmente en la actividad del sistema nervioso. “En el cerebro participa en la
síntesis y liberación de los neurotransmisores, que son las moléculas encargadas de
transferir la información de una neurona a otra. Ahora sabemos que también es
esencial en las funciones que estos median. Se trata, por tanto, de un modulador de la
excitabilidad neuronal”, precisa el investigador del CSIC Javier Garzón.
Los científicos han observado que los receptores, que se encargan de recoger las
señales de los neurotransmisores, activan la producción de óxido nítrico para “liberar”
el zinc, que se encuentra “atrapado” por una serie de proteínas.
“Las moléculas de zinc son muy abundantes en el sistema nervioso, pero se
encuentran atrapadas por proteínas para que no ejerzan efectos descontrolados. Una
gran familia de compuestos receptores celulares para neurotransmisores, los
acoplados a proteínas G, que incluyen los opioides, la serotonina, la dopamina, los
cannabinoides y la noradrenalina, generan óxido nítrico para liberar el zinc de las
proteínas que lo contienen mediante un proceso de oxidación. Así pueden utilizarlo
temporalmente en los procesos celulares que regulan”, explica Garzón, que trabaja en
el Instituto Cajal, del CSIC.
Tras la liberación del zinc, las proteínas oxidadas son devueltas a su estado original de
reducción mediante mecanismos específicos del sistema nervioso. Con ello están, tras
el ciclo de utilización, preparadas para atrapar de nuevo el zinc. “En esta señalización
denominada ReDox, los receptores de neurotransmisores son los encargados de
promover el proceso de oxidación que libera el zinc”, agrega el investigador del CSIC.
Entender las alteraciones de estos procesos es para los científicos clave para llegar a
entender disfunciones nerviosas como la depresión o el letargo. Según Garzón, la
carencia de zinc se asocia incluso a algunas adicciones como el alcoholismo y a
“obsesiones” como la anorexia y la bulimia.