Por Fernando Bazán.Noticiasdesiria.blogspot.-
La escalada de violencia en Siria ha obligado a los ministros de Relaciones Exteriores de la Liga Árabe a convocar una nueva reunión para discutir una salida a los 17 meses de rebelión contra el presidente sirio Bashar Al-Assad y el posible reemplazo de Kofi Annan, el enviado para Siria que renunció el 2 de agosto, pero cuyo mandato expira el 31 de agosto. Sin embargo, la sesión especial sobre Siria, estaba programada para el domingo en Jeddah, Arabia Saudita, y fue pospuesta por el Vicesecretario General de la Liga Árabe, Ahmed Ben Helli, sin dar razones de la demora o una nueva fecha.
Ekmeleddin Ihsanoglu, jefe de la Organización de Cooperación Islámica (OCI), dijo que la organización se reunirá para discutir la crisis siria –que será el primer punto en su agenda- durante una cumbre de emergencia en La Meca, Arabia Saudita, durante este martes y el miércoles. Ihsanoglu adelantó que "la resolución sobre la suspensión de la membrecía de Siria a la OCI no enfrenta obstáculos y será aprobada"; la declaración del líder de la OCI se produjo luego de la reunión preliminar de cancilleres en Jeddah, Arabia Saudita.
Es probable que la decisión se anuncie formalmente al final de la segunda jornada de la cumbre, con lo cual Siria será suspendida de la Organización de Cooperación Islámica el miércoles, por su violenta represión del régimen del presidente Bashar Al-Assad al levantamiento de 17 meses.
La decisión del rey Abdullah de invitar al presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, a la cumbre en La Meca provocó una inusual crítica de los medios de comunicación sauditas de propiedad oficial, por ejemplo en su editorial el diario Al-Hayat publicó que esa invitación "agregará sólo el cisma y la división a la cumbre". Ahmadinejad, llegó a La Meca ayer haciéndose eco de la invitación y señaló que su deseo era aumentar la unidad de los musulmanes y que era “una oportunidad para explicar el punto de vista de su país de forma transparente".
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, deploró el apoyo de EE.UU. y su contribución a la inseguridad en Siria subrayando que la propuesta de Washington para la introducción de una zona de exclusión aérea era un complot destructivo para provocar un conflicto en Siria; Ramin Mehman-Parast dijo que después de las enormes destrucciones y las masacres de los inocentes en Afganistán, Irak, Libia y otros estados, los norteamericanos están preparando ahora una operación similar en Siria.
El canciller iraní, Ali Akbar Salehi, adelantó que su país se opone a la suspensión de la adhesión de Siria de la OCI, ya que -según Salehi- la suspensión de la membrecía siria “no quiere decir que la OCI se esté moviendo hacia la resolución del problema y por ello no va a borrar el tema." Salehi sostuvo que "todos los países, especialmente los países de la OCI, debe unir esfuerzos para resolver este problema de tal manera que ayude a la paz, la seguridad y la estabilidad en la región".
El jefe del principal grupo de oposición en el exilio, Abdulbaset Sieda, quiere que la instauración de una zona de exclusión aérea para proteger a los civiles en las áreas fronterizas; pero el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, describió la idea como una "siniestra conspiración de Estados Unidos e Israel." Ramin Mehman-Parast dijo que Irán se opone a la zona de exclusión aérea ya que esa opción allanaría el camino para un conflicto militar y “es una alerta a la región para estar atentos”.
EE.UU., Gran Bretaña y Francia se pelean por mantener su influencia sobre los grupos rebeldes sirios en medio de crecientes temores sobre el apoyo que la mayoría de los Estados del Golfo le han girando a los grupos extremistas islámicos; los países occidentales están de acuerdo en que los esfuerzos para alentar una oposición unificada en torno al Consejo Nacional Sirio (CNS) han fracasado y ahora están buscando a cerrar sus filas en torno a los grupos internos de Siria.
Un financista sirio, vinculado a la oposición, advirtió que el Ejército Libre Sirio (ELS) quedaría dividido por la falta de coordinación en la financiación ya que los comandantes de las brigadas locales en el terreno le juran lealtad a quien los apoya y la comunidad de expatriados que les envía dinero está completamente fragmentada. Una de las principales vías de financiación proviene de los sirios expatriados que residen en los Estados del Golfo y que utilizan sus propios canales de confianza para obtener dinero por lo que el dinero está llegando de diferentes bolsillos.
El conflicto en Siria comienza a adquirir derivaciones preocupantes y es posible que comience a salirse de control, aun para los propios Estados con intereses en el mismo; la llegada de veteranos combatientes de la guerra civil libia la primera línea de combate siria, para ayudar a capacitar y organizar a los rebeldes, ya es un hecho y ha dejado de ser un secreto. Los libios que ayudan a los rebeldes sirios, cuentan con especialistas en comunicaciones, logística, asuntos humanitarios y armas pesadas; operan bases de entrenamiento, condición física y la enseñanza de tácticas de batalla.
Uno de los principales problemas que enfrentaban los rebeldes era su alto grado de desorganización y falta de entrenamiento, por ello no es casual que luego de la llegada de los libios los rebeldes sirios han comenzado a detectar problemas y solucionarlos -como el mantenimiento de las armas y su utilización-; en los meses desde que llegó, el arsenal de los rebeldes se había convertido en cinco veces más potente, ahora los rebeldes han obtenido cañones antiaéreos y rifles de francotirador junto con la capacitación para su uso.
Pero a diferencia de los rebeldes libios, sus pares sirios no tienen la cobertura aérea similar a la suministrada por la OTAN y no han podido establecer campos de entrenamiento a escala real –los rebeldes libios con la zona de exclusión agrupaban entre 1400 a 1500 combatientes en bases de entrenamiento-; pero los rebeldes sirios nunca están fuera del alcance de la Fuerza Aérea de Al-Assad y no han recibido entrenamiento desde el exterior. Sin embargo la presencia de combatientes extranjeros es un tema sensible para los rebeldes sirios, ya que el gobierno sirio se refiere despectivamente a las “fuerzas del Golfo y Turquía" como los responsables de liderar los sunitas sirios; la visión de un conflicto religioso ha comenzado a movilizar a los sunitas en la región que ven como un régimen alawita pro-chiita reprime a sus hermanos sunitas.
El interés de Irán es genuino y se relaciona con los peligros derivados de los ascensos de los talibanes y Al-Qaeda –respaldados por los sauditas- dentro de la región; las advertencias iraníes sobre lo que podría suceder en Siria, si el régimen de Al-Assad es depuesto, sin una hoja de ruta para la transición debe ser tomadas más seriamente por la mayoría de los gobiernos occidentales. Por ello, el canciller Salehi ha advertido que "algunas potencias mundiales y ciertos Estados de la región deben dejar de usar Siria como un campo de batalla para ajustar sus cuentas o para obtener más influencia. La única manera de salir del estancamiento es ofrecer a los sirios la posibilidad de encontrar una salida a sí mismos".