Santander, .- El perfumista Jimmy Boyd ha proclamado hoy en Santander la necesidad de transmitir “el mensaje de uno mismo” a través de los olores, y ha destacado la importancia del perfume ya que, en su opinión, “depende del que uses puedes mandar unas señales olfativas u otras”.
Así lo afirmó durante un encuentro con los periodistas en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) con motivo del taller de perfumería que dirige esta semana bajo el título ‘Aprendiendo olores’, donde manifestó que, “igual que la gastronomía, el olfato está teniendo un renacimiento”.
Por otro lado, el creador de fragancias “alternativas” manifestó que el gran problema de la sociedad hoy día es la enorme desconexión sensorial y que “igual que vemos pero no miramos o tragamos pero no paladeamos, también respiramos pero no olemos” y la gente “tiene que tomar conciencia”.
“Desde que el olfato dejó de ser imprescindible para la subsistencia y se pasó de la sociedad de cazadores a la del cultivo de hierbas, el ser humano dejó de tener conocimiento olfativo”, aseguró. Y, en esa línea, explicó que es importante “encontrar un lenguaje común” entre los perfumistas, de cara a localizar un perfume individualizado y conseguir una correlación entre el olor y la personalidad.
El autor del libro ‘Perfume y sensibilidad’ narró cómo hizo un trabajo de campo con unas mil quinientas mujeres gracias al cual extrajo catorce arquetipos de personalidades a los que ahora relaciona determinadas esencias, gracias a una serie de preguntas. Así, por ejemplo, “la mujer hogareña, a partir de cincuenta años, tiende a la rosa, o la creativa al jazmín, así como la nostálgica a la violeta”.
Boyd, que se autodenomina “perfumista emocional”, también explicó que ha llevado a cabo distintas fragancias inspiradas en ciudades españolas, basándose en su gente y en los olores que percibe, y aseguró que Santander “huele a campo”, por lo que una fragancia “country” inspirada en esta ciudad llevaría esencias de “musgo, lavanda, y un fondo amanerado”.
El perfumista resaltó el hecho de que este es el primer taller de perfumería que se desarrolla en una universidad y se trata de “unas clases muy vivenciales”, donde se busca conocer “qué hay detrás de una simple gota de fragancia”. De este modo, Boyd explicó que pretende hacer “divulgación de este mundo que ha sido siempre muy cerrado” y que, al mismo tiempo, “se aprende a base de un mínimo de diez años”