Por ESA.-Al igual que en el mapa de un tesoro, en el que la ‘X’ marca el lugar donde se esconde un cofre enterrado, el rover Curiosity de la NASA ha puesto rumbo hacia su propia ‘X’ en el interior del cráter Gale, donde tratará de encontrar indicios de la existencia de agua – y puede que de vida – en el pasado del Planeta Rojo.
El próximo lunes 6 de agosto, Mars Express jugará un papel muy importante durante los ‘siete minutos de terror’ que durará la maniobra de entrada, descenso y aterrizaje sobre la superficie de Marte de Curiosity, monitorizando la maniobra y registrando las señales de la nave. La sonda europea ha estado tomando imágenes del cráter Gale que han permitido afinar el lugar previsto para el aterrizaje de este rover del tamaño de un coche.
El rover Curiosity, parte de la misión MSL (Mars Science Laboratory) de la NASA, tenía previsto aterrizar en el interior de una elipse de 20 x 25 kilómetros, una diana bastante más pequeña que la de cualquiera de sus predecesores, gracias a los sofisticados sistemas de aterrizaje de precisión que incorpora MSL. Los datos de la elevación del terreno obtenidos gracias a la Cámara Estéreo de Alta Resolución (HRSC) de Mars Express, combinados con las imágenes de la Cámara Contextual del satélite MRO de la NASA y con las tomadas por las sondas Viking en los años setenta han permitido reducir el tamaño de la elipse a tan sólo 20 x 7 km.
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FOTO: ESA/DLR/FU Berlin (G. Neukum).