La FIP denuncia el aumento “considerable” de asesinatos de informadores

La FIP denuncia el aumento “considerable” de asesinatos de informadores

Santander,.- La secretaria general de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), Beth Costa, ha denunciado hoy en Santander el aumento “considerable” de asesinatos de profesionales de la información que se ha producido a lo largo de 2012 y ha llamado la atención sobre la situación que vive Siria, donde cerca de cincuenta “defensores de los Derechos Humanos” han muerto en los últimos meses.

“Muchos de ellos no son periodistas profesionales. Son personas que utilizan internet para denunciar la situación en la que viven”, explicó Costa durante una rueda de prensa en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) con motivo de su participación en la Escuela de Periodismo «Juantxu Rodríguez» ‘20-O ETA deja las armas: cómo lo vivimos; cómo lo contamos’, en la que estuvo acompañada por la doctora en Psiquiatría Xaro Sánchez, y por la directora del curso y presidenta de la Asociación de Periodistas Vascos, Lucía Martínez.

Durante su intervención, Beth Costa aseguró que “no hay libertad de prensa si los periodistas están sometidos por la opresión, la corrupción o el miedo” y destacó que entre los objetivos del organismo que dirige está la defensa del derecho de los periodistas a trabajar con “independencia y seguridad” y ofrecer “garantías en la libertad de expresión”.

 

Según los datos que maneja la FIP en su informe anual, en 2011 hubo 106 periodistas asesinados y otros 20 casos más de fallecidos en distintos accidentes relacionados con la práctica de su trabajo. Unas cifras que, según Costa, “crecerán mucho” en 2012 como consecuencia de la represión siria. “Hemos detectado casi 20 periodistas profesionales muertos en este conflicto”, confirmó.

“No es solo un número. Son nombres, son rostros, son familias. Debemos luchar contra la impunidad”, expuso la secretaria general de la FIP, quien recordó que los periodistas “no son personas especiales”, aunque consideró que “el producto de su trabajo sí lo es”. “La información es un bien público que no pertenece a ninguna empresa ni a ninguna persona. Pertenece a la sociedad”.

En esta línea, Costa aseguró que los últimos asesinatos de periodistas “no se dan en áreas de conflicto” o en lugares de especial peligro, sino en el día a día, “en el trabajo de denuncia en contra de la corrupción o de los desmanes políticos”.

Según dijo, entre las acciones que está desarrollando la FIP destaca la organización de cursos de seguridad para periodistas, el diálogo con gobiernos y tribunales para acabar con la impunidad de estos asesinatos y las negociaciones con las Naciones Unidas para considerar como refugiados a aquellos periodistas que se ven obligados a abandonar su país como consecuencia de amenazas.

 

Resolución de conflictos

Por su parte, Xaro Sánchez, que es miembro del Opinion Group for Integrated Neurosciences on Psychopathology and Human Conflicts (OGIN), opinó que la neurociencia debe “implicarse en la resolución de conflictos” y “aportar estrategias a los gobiernos” para la prevención del terrorismo y para el tratamiento de sus efectos sobre las víctimas.

“Se puede evitar el terrorismo, pero primero tenemos que estudiarlo”, apuntó la psiquiatra, quien manifestó que las medidas de prevención, así como la restitución de la paz y la reconciliación “también deben estar basadas en la evidencia”.

A su juicio, “el terrorismo persiste con fuerza y va a continuar”, aunque reconoció que la renuncia de las armas por parte de ETA “significa un gran avance” y “está directamente relacionada con la presión policial e institucional y no con una desaparición significativa de los factores de riesgo”.

La Escuela de Periodismo «Juantxu Rodríguez» ‘20-O ETA deja las armas: cómo lo vivimos; cómo lo contamos’ que se ha celebrado esta semana en la UIMP, con la colaboración de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), ha servido para explicar cómo se  gestionan las redacciones en condiciones de amenaza, cómo se desarrolla el periodismo en esas circunstancias, y qué cambia cuando todo esto se disipa

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