La situación humanitaria en Libia sigue siendo una preocupación fundamental de ACNUR, ya que miles de personas podrían estar atrapadas en las zonas de los enfrentamientos. ACNUR espera poder conseguir en los próximos días el pleno acceso humanitario a las personas que permanecen en el este de Libia, en el marco de la respuesta humanitaria conjunta de Naciones Unidas.
En su encuentro con el primer ministro egipcio Essan Sharif, el Alto Comisionado agradeció a Egipto por mantener sus fronteras abiertas para todos los que huyen de Libia, en un momento en el cual el país tiene que enfrentar complejos cambios.
El equipo de ACNUR desplegado en el puesto de frontera de Sallum informó que el flujo de personas de Libia a Egipto ha disminuido. Ayer algunas familias libias llegaron a Sallum de Brega y Benghazi, huyendo del avance de las tropas gubernamentales. Muchos dijeron que estaban huyendo de los combates entre las fuerzas rebeldes y oficialistas.
Más de 161.000 personas cruzaron la frontera egipcia desde mediados de febrero, entre ellos cerca de 83.000 egipcios y 32.000 libios.
Hoy el Alto Comisionado Guterres está en Kenia para llamar la atención sobre la difícil situación de los cientos de miles de refugiados somalíes en el país y evaluar las operaciones de ACNUR.
El domingo visita, acompañado por la Directora Ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA) Josette Sheeran y la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres Michele Bachelet, el campamento de refugiados de Dadaab en el noreste de Kenia, el asentamiento de refugiados más grande del mundo. Dadaab acoge actualmente a más de 320.000 refugiados, la mayoría de nacionalidad somalí.
El complejo de Dadaab, constituido por tres campamentos, fue establecido en 1991 y 1992 tras el colapso del gobierno de Siad Barre en Somalia y fue diseñado inicialmente para acomodar a 90.000 refugiados. El hacinamiento en los tres campamentos de Ifo, Dagahaley y Hagadera continúa siendo una de las principales preocupaciones para el gobierno de Kenia y ACNUR.
Las condiciones de vida en los campamentos se han deteriorado con el aumento de la población refugiada. Las instalaciones y servicios existentes están al límite de su capacidad. Con la reciente escalada de violencia y los nuevos enfrentamientos en Somalia, se están registrando aproximadamente 2.500 nuevas llegadas por semana en Dadaab. Sólo este los campamentos recibieron a más de 30.000 nuevos refugiados.
Para hacer frente a esta situación, el campamento de Ifo fue ampliado y en noviembre del año pasado tenía que empezar el traslado 40.000 refugiados a las nuevas instalaciones. Sin embargo, la operación fue suspendida debido a las preocupaciones de seguridad de las autoridades de Kenia.
ACNUR continúa buscando soluciones junto con el Gobierno para la descongestión de los campamentos y se espera un resultado positivo. La infraestructura del nuevo campo ya incluye escuelas, puestos de salud, centros comunales, instalaciones para el suministro de agua y el saneamiento y alojamientos.
Durante su misión a Kenia el Alto Comisionado se ocupará también de la protección de los refugiados somalíes y del apoyo del ACNUR al gobierno de Kenia y a las comunidades de acogida.