La presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), Elsa González, ha rendido homenaje hoy en Santander a los periodistas asesinados por ETA, así como a todos los que sufrieron los atentados, las amenazas, la extorsión y el chantaje de la banda terrorista durante sus más de cinco décadas de existencia. “Todo el periodismo aportó coraje y dosis de libertad en los peores momentos”.
Así se pronunció durante la inauguración de la Escuela de Periodismo «Juantxu Rodríguez» ‘20-O ETA deja las armas: cómo lo vivimos; cómo lo contamos’ que organiza esta semana la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en colaboración con la FAPE, y en la que estuvo acompañada por el vicerrector de Coordinación de Centros Docentes y para Cantabria Campus de Excelencia de la institución académica, Ángel Pelayo; la presidenta de la Asociación de la Prensa de Cantabria, Dolores Gallardo, y por la directora del curso y presidenta de la Asociación Vasca de Periodistas, Lucía Martínez.
Durante su intervención, la presidenta de la FAPE recordó que la estrategia de la banda terrorista fue siempre la de “atemorizar a los periodistas” e insistió en que ETA “no logró nunca silenciar a los medios de comunicación”. En esta línea, González opinó que el hecho de huir o de quedarse a trabajar en el País Vasco “no fue necesariamente un símbolo de heroísmo” y señaló la importancia de reconocer el valor de “muchos anónimos” que nunca se rindieron.
Asimismo, asumió como un error de la prensa y de la clase política “asumir los eufemismos de los terroristas” e hizo hincapié en la necesidad de reflexionar sobre “el espacio, los titulares y la voz” que se prestó en muchas ocasiones a ETA. “Debemos pensar en cómo lo contamos y en cómo lo vivimos”, subrayó.
Por su parte, la directora de la Escuela de Periodismo «Juantxu Rodríguez» recordó que “cada generación tiene su momento” y lamentó que “lo que tenía que haber sido una gran fiesta” tras el anuncio del fin definitivo de la violencia en España “pasó prácticamente desapercibido”, por lo que agradeció la posibilidad de celebrarlo en la UIMP, “tras haber convivido toda nuestra vida con el terrorismo de ETA”