Por Fernando Bazán/noticiasdesiria.blogspot.- El Secretario General de ONU, Ban Ki-moon, realizó una visita hoy a Srebrenica para ofrecer una suerte de disculpa indirecta del fracaso de ONU y de la comunidad internacional, para evitar de 1995 la masacre de más de los 8.000 musulmanes bosnios, la mayoría de los hombres y los niños; Ban, acompañado por familiares de las víctimas de Srebrenica señaló que "La comunidad internacional debe unirse para no ver más derramamiento de sangre en Siria, porque no quiero ver a ninguno de mis sucesores, después de 20 años, visitando a Siria, pidiendo disculpas por lo que podría haber hecho ahora para proteger a los civiles en Siria, que es no lo estamos haciendo ahora ".
Decenas de miles de iraquíes huyeron a Siria durante el pico de los ataques sectarios de 2006-7 en Irak, las autoridades iraquíes estiman que más de 80.000 de sus ciudadanos todavía están en Siria, por debajo de 143.000 antes de la insurrección de Siria comenzó el año pasado. En los últimos cinco días unos 6.000 iraquíes han llegado al cruce de la frontera desolada de Al-Waleed, y han pagado hasta u$s 700 por familia para escapar en coche. Hace una semana, el mismo viaje costaba u$s 100 por familia, pero la escalada de la violencia hizo que los precios sean más altos; ante el aluvión de personas, Irak ha enviado tropas adicionales para reforzar la seguridad a lo largo de sus más de 680 km de frontera con Siria.
La oposición agrupada en la Comisión General de la Revolución de Siria se retiró de las reuniones de los diferentes grupos de oposición siria, que se inició el lunes en El Cairo; luego de abandonar las sesiones se conoció un comunicado de la Comisión donde se destaca que "Lo más importante ahora es continuar en nuestro esfuerzo por impulsar los poderes sirios revolucionarios, especialmente el Ejército Libre Sirio (ELS)".
El Consejo Nacional Sirio (CNS), liderado por Abdulbasset Saida, reveló que llegó a un acuerdo sobre un nuevo documento que describió como una "hoja de ruta" donde se establecen las reglas para el período de transición que seguiría a la caída del presidente Bashar Al-Assad. El documento estará terminado a finales de agosto, pero las diferencias expuestas en El Cairo entre el CNS y la Comisión no dejan mucho margen para las esperanzas de gobierno de coalición unificado en el futuro; por otra parte, los rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS) no estuvieron representados, de hecho, Faiz Amru -miembro del Comando Militar Conjunto del ELS- dijo que la que la reunión de El Cairo era puramente política por lo que los rebeldes no fueron invitados.
El Gral. de Brigada, Manaf Tlas, uno de los desertores de más alto nivel de gobierno sirio, dijo que iba a ayudar a la oposición a unirse en el interior y fuerza de Siria, para acordar una hoja de ruta para una transferencia de poder. Tlas, hablando en una entrevista con un diario en la ciudad saudita de Jeddah, también dijo que estaba buscando el apoyo de Arabia Saudita y otras potencias pero reconoció que sería difícil derrocar al presidente desde dentro ya que la estructura y el sistema del régimen hacen que un golpe de Estado interno sea muy difícil; pero reconoció que no veía un futuro para los Assad en Siria.
Consultado sobre si Bashar Al-Assad es quien controla el poder en Siria, dijo que "las decisiones son del círculo alrededor de él... Él no es débil, pero hay personas de su círculo que le restan importancia a la crisis para él, por ello prefirió tratar con su marco de seguridad personal”.
Press TV señaló que el apoyo de Teherán a Siria era "inmodificable, citando declaraciones de Mohammad Reza Rahimi -primer vicepresidente iraní- en momentos que en Irán se debate la posibilidad que Teherán podría suavizar su apoyo a Al-Assad, el principal aliado árabe de Irán. El Secretario del Consejo Nacional de Seguridad de Irán, Saeed Jalili, dijo hoy que su país estaba preparado para apoyar a Damasco, "más que antes, frente a la presión extranjera."
El Ministro de Energía iraní, Majid NamjouIrán, fue más allá y dijo que “Irán no va a dejar a Siria sola en tiempos difíciles" -según la agencia de noticias ILNA- y añadió que “Teherán estaba listo para la reconstrucción de instalaciones dañadas en Siria durante el levantamiento”. Una declaración hecha a principios de julio, por el canciller Ali Akbar Salehi, decía que Teherán estaba preparado para acoger las conversaciones entre el gobierno sirio y los grupos de la oposición en un posible cambio de política.
El principal problema en Siria es que no existe una unidad dentro de la oposición que permita superar las fragmentaciones sectarias, si tenemos en cuenta que el 80% de la del país es sunita y el 12% es de la minoría alawita del presidente Al-Assad, las chances de un frente unificado son bajas. Los alawitas han reprimido durante décadas a los sunitas, por lo que un liderazgo sunita es temido por los chiitas, cristianos, drusos y kurdos que temen represalias por parte de éstos.
Este escenario de incertidumbres y temores de violencia sectaria alimenta, en parte, la actual división dentro de la oposición además de las corrientes de opinión adversas entre los sirios exiliados y los locales. Esta situación a ha llegado a límites impensados, por ejemplo el Gral. Tlas -que es sunita y ha desertado- señaló su oposición al régimen de Al-Assad y podría cerrar la brecha entre alawitas y sunitas, pero dos primos suyos que tienen altos cargos dentro de la oposición han dicho que no iban a aceptar su liderazgo.
Los dos casos más recientes de intervenciones exteriores, en sociedades tribales altamente fragmentadas, son la guerra civil libanesa y la guerra de Irak 2003. La guerra civil en Líbano duró 15 años y se cobró cientos de miles de vidas; en el caso de Irak, EE.UU. se propuso asumir el control del petróleo con la eliminación de Saddam Hussein, pero a casi una década de la invasión Irak todavía mantiene altos niveles de violencia sectaria y, de hecho, triunfaron los sectores chiitas en vez de los sunitas como deseaba EE.UU.
Una lucha sectaria no asegura nada, excepto altos niveles de violencia e imprevisibilidad en los resultados. EE.UU. ha adoptado un enfoque pasivo y no se ha involucrado directamente en el conflicto sino que ha “tercerizado“su participación en Arabia Saudita y Turquía; estos Estados junto a otros, han armado a los rebeldes y los dotaron de Inteligencia, permitiéndoles avances en el terreno.
Pero esta ventaja en el corto plazo significará un problema a largo plazo, en parte por que los rebeldes no son una entidad homogénea y las armas serán un factor de poder en el futuro dentro de un escenario sectario; pero lo más grave es que los intereses a largo plazo de los saudíes y qataríes –quienes apoyan a los grupos yihadistas y salafistas- entrarán en conflicto con los intereses norteamericanos.
Al-Assad no es el enemigo de la oposición, sino que la propia oposición es su peor enemiga con sus divisiones e internas que no le han podido canalizar la frustración de la sociedad siria contra el régimen en su beneficio; improvisar una transición política será difícil, incluso teniendo con los avances del grupo de contacto “Amigos de Siria” ya que las decisiones se adoptan lejos de las calles de Siria. El riesgo de fragmentación nacional es cierto, pero no es el peor, ya que una guerra civil similar a la libanesa o iraquí está primero en la lista de peligros.