En los últimos días, varios centros de tratamiento de cólera han registrado un importante aumento de actividad y, aunque no se ha llegado a los niveles que se vieron durante el pico epidemiológico, el número de nuevos casos es 10 veces superior al de hace sólo 3 meses.
La epidemia de cólera que afecta a Haití desde el pasado mes de octubre dista mucho de haber terminado. A lo largo de estos más de siete meses se han contabilizado más de 300.000 casos y 5.000 muertes, y en los últimos días se ha producido un aumento importante en el número de pacientes que asisten a los hospitales, tanto en la capital como en otros puntos del país.
“Si bien es cierto que el número de casos por semana empezó a disminuir a partir de febrero, esta epidemia que ya ha afectado al 3% de la población haitiana no ha podido darse por concluida en ningún momento”, explica Romain Gitenet, coordinador general de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Haití. “De hecho, en nuestros centros de tratamiento de cólera de Puerto Príncipe, los equipos han constatado un claro aumento de actividad desde mediados de mayo”.
MSF ha tenido que reabrir de inmediato algunos de los centros de tratamiento de cólera que ya estaban cerrados, para evitar que los de Carrefour, Delmas, Martissant, Cité Soleil y Drouillard quedasen de nuevo saturados. “Desde el 29 de mayo, es decir, en sólo cinco días, hemos tratado a unos 2.000 pacientes en la capital y hemos recibido solicitudes para intervenir en los nuevos focos que se han producido en el interior del país. Ahora mismo, es importante que nos repartamos los esfuerzos y que nos coordinemos para poder tratar al mayor número posible de personas afectadas por el cólera en Haití. Aún hay demasiadas estructuras públicas de salud que no están adaptadas para atender a los pacientes”, explica Gitenet.
Para MSF es esencial que las autoridades y sus contrapartes humanitarias se movilicen para contener la propagación de la enfermedad, reforzando el sistema nacional de vigilancia y de alerta, así como las estructuras de salud. La mejora inmediata de las condiciones de higiene, saneamiento y de suministro de agua potable debe ser una prioridad nacional para proteger a la población más vulnerable. Gitenet añade además: “la vigilancia sigue siendo la mejor forma de protección. La gente tiene que ser doblemente rigurosa en materia de higiene y beber agua que haya sido desinfectada. A partir de la aparición de los primeros síntomas, como vómitos y diarrea, es vital acudir lo antes posible a un centro de tratamiento. El cólera se cura bien, pero sin tratamiento médico puede llegar a matar muy rápido”.
Desde el momento que se confirmaron los primeros casos en octubre de 2010, varios equipos de MSF fueron desplegados en 9 de los 10 departamentos que componen Haití para prestar apoyo a las estructuras de salud locales. Desde entonces, la organización médico-humanitaria ha atendido a más de 130.000 pacientes, es decir, casi el 45% del número total de casos de cólera en una epidemia que ya ha afectado al 3% de la población haitiana
FUENTE: MSF
FOTO: © Yann Libessart/MSF