La Comisión presenta nuevas medidas para una mejor protección de las poblaciones de peces de aguas profundas y sus hábitats
Bruselas.-La Comisión Europea ha propuesto nuevas medidas para regular la pesca de especies de aguas profundas en el Atlántico nororiental. Los ecosistemas de aguas profundas y las especies que viven en ellos son especialmente vulnerables a las actividades humanas. El nuevo Reglamento tiene por objeto velar por que las especies de aguas profundas se pesquen de forma sostenible, por que disminuyan las capturas accesorias, por que se reduzca la incidencia en los hábitats frágiles de aguas profundas y por que haya más datos sobre la biología de esas especies.
Para ello, la Comisión propone un sistema de licencias reforzado y la retirada gradual de los artes de pesca destinados específicamente a capturar especies de aguas profundas de manera menos sostenible, esto es, las redes de arrastre de fondo y las redes de enmalle de fondo. La Comisión prevé también requisitos específicos de cara a la recogida de datos sobre las actividades de pesca de aguas profundas. Los ajustes necesarios para aplicar dichas medidas podrán acogerse a la ayuda financiera de los fondos de la UE.
Las poblaciones de aguas profundas pueden pescarse como capturas accesorias en numerosas pesquerías. No obstante, también hay buques pesqueros que capturan específicamente esas especies. Son los buques que dependen en mayor medida de estos recursos y que solo tendrán futuro si su actividad se gestiona de forma sostenible, lo que entraña, en primer lugar, la necesidad de acometer una transición gradual hacia la utilización de técnicas de pesca más selectivas y con menos incidencia en los hábitats de aguas profundas.
La Comisión propone que se retiren gradualmente las licencias de pesca de especies de aguas profundas con redes de arrastre de fondo y redes de enmalle de fondo, porque provocan más daños a los ecosistemas vulnerables de aguas profundas que otros métodos de pesca y conllevan una alta cifra de capturas accesorias (del 20 % al 40 % en peso o más). Otras clases de pesca comercial con redes de arrastre de fondo no se verán afectadas, porque las medidas propuestas se refieren únicamente a la pesca de peces de aguas profundas.
Los pescadores ya colaboran con los científicos para saber más sobre unos ecosistemas de aguas profundas desconocidos en gran medida. A fin de encontrar maneras de probar artes de pesca menos dañinos y adoptar técnicas y estrategias de pesca con menos impacto en los ecosistemas frágiles, la Comisión ha decidido financiar un estudio sobre este tema, en cooperación con las empresas dedicadas a actividades de aguas profundas.
Antecedentes
Las especies de aguas profundas se capturan en aguas del Atlántico situadas más allá de los principales caladeros de las plataformas continentales, a profundidades de hasta 4 000 metros. Sus hábitats y ecosistemas se desconocen en su mayor parte, aunque sabemos que albergan arrecifes de coral de hasta 8 500 años de antigüedad y antiguas especies aún poco estudiadas. Es un medio frágil que, una vez dañado, es poco probable que se pueda recuperar. Las poblaciones de peces de aguas profundas, muy vulnerables a la pesca, declinan rápidamente y se recuperan con lentitud, ya que su tasa de reproducción es baja.
El sable negro y el besugo son especies de aguas profundas de alto valor, mientras que otras, tales como la maruca azul y los granaderos, tienen un valor medio para los pescadores. Algunas poblaciones de aguas profundas están gravemente esquilmadas, tales como el reloj anaranjado y los tiburones de aguas profundas. Otras poblaciones se pueden pescar (maruca azul, granadero de roca), pero de forma respetuosa con el medio ambiente (por ejemplo, evitando las capturas accesorias innecesarias).
Las pesquerías de aguas profundas del Atlántico nororiental se realizan en aguas de la UE, inclusive de las regiones ultraperiféricas de España y Portugal, y en aguas internacionales reguladas por medidas de conservación adoptadas en el seno de la Comisión de Pesquerías del Atlántico Nordeste, en las que participa la UE y otros países que faenan en la zona.
Las pesquerías de aguas profundas representan alrededor del 1 % del pescado desembarcado procedente del Atlántico nororiental, pero algunas comunidades pesqueras locales dependen hasta cierto punto de la pesca en aguas profundas. Las capturas y el empleo relacionado disminuyen desde hace años debido al agotamiento de las poblaciones.
Esta pesquería estaba antes casi sin regular, lo que ha tenido una incidencia claramente negativa en las poblaciones de peces afectadas. En 2003, la UE empezó a fijar limitaciones a la cantidad de pescado que podía capturarse, al número de buques autorizados y a los días en que los buques podían permanecer en el mar (es decir, el esfuerzo pesquero) para pescar esas especies.
El gráfico indica el grado de disminución del esfuerzo pesquero durante los últimos años.
Disminución del esfuerzo pesquero desde el año 2000 según la información comunicada por las autoridades competentes de los Estados miembros de la UE
FOTO: 'CC BY-3.0-ES 2012/EJ-GV/Irekia-Gobierno Vasco/Mikel Arrazola'