Recientemente, a través del Real Decreto-ley 13/2012, de 30 de marzo, por el que se transponen directivas en materia de mercados interiores de electricidad y gas y en materia de comunicaciones electrónicas, y por el que se adoptan medidas para la corrección de las desviaciones por desajustes entre los costes e ingresos de los sectores eléctrico y gasista, se ha conocido la decisión del Gobierno de paralizar la planta regasificadora que Enagás S.A. está construyendo en los terrenos de El Musel (Gijón), en una decisión que merma competitividad a las instalaciones del principal puerto asturiano (ampliado tras una inversión histórica) y restará, además, ingresos por las tasas de ocupación privativa.
¿Qué motivos argumenta el Gobierno para paralizar la puesta en servicio de una regasificadora que en 2006 recibió la autorización de la Comisión Nacional de la Energía para su construcción? ¿Qué criterios se han seguido para paralizar la regasificadora de El Musel que está en su fase final de ejecución de obras y permitir, sin embargo, la ampliación de otras plantas?
RESPUESTA DEL GOBIERNO:
En el sector gasista, cabe señalar que si bien no existe un problema de déficit de la magnitud del eléctrico, el desajuste entre costes e ingresos ha superado el 10 por ciento de los ingresos regulados en el año 2011 y, en caso de no adoptarse las medidas necesarias, dicho desajuste se vería incrementado como consecuencia de la contracción de la demanda y de la construcción e incorporación al sistema retributivo de un número importante de infraestructuras previstas en la planificación, destacando especialmente los almacenamientos subterráneos y las nuevas plantas de regasificación, con un coste muy elevado.
En la actual situación de déficit en el sector del gas natural, la construcción de nuevas infraestructuras de gas debe atender a los siguientes criterios:
1. Favorecer la sostenibilidad económica del sistema gasista.
2. Mantener las actuales condiciones de seguridad de suministro, cumpliendo, sin ir más allá, con lo establecido en el Reglamento (UE) 994/2010 del Parlamento Europeo y del Consejo, sobre medidas para garantizar la seguridad del suministro de gas.
3. Atender a los nuevos consumidores de gas, en condiciones de seguridad de suministro, sin que ello suponga costes añadidos a los actuales consumidores de gas (autofinanciación de la nueva inversión).
Por otro lado, en el sistema gasista, además del equilibrio financiero, es necesario tener en cuenta el equilibrio técnico del sistema, y tomar medidas para no ponerlo en peligro.
Desde una perspectiva de funcionamiento técnico del sistema, estas plantas deben tener unas existencias mínimas de gas y una producción mínima, que se conoce como flujo mínimo de relicuación necesario para que la planta no se quede fuera de servicio. En caso de no llegar a ese mínimo porque no acuden suficientes buques, se podría llegar a la parada de la planta por agotamiento de sus existencias, lo que provocaría la incapacidad de reacción ante indisponibilidades de otras instalaciones y, por tanto, se podría poner en peligro la seguridad de suministro del sistema.
Este problema de entrada mínima en las plantas ha venido resolviéndose hasta ahora mediante el desvío de buques que tenían prevista inicialmente su descarga en otra planta. Cuando hay riesgo de que una planta no alcance el mínimo técnico, el Gestor Técnico del Sistema declara un Situación de Operación Excepcional (SOE). En estas SOEs, los comercializadores que traen el gas, desvían el buque a la planta que les indica el Gestor Técnico del Sistema.
En la coyuntura actual, debido al incremento de las aportaciones de gas por las conexiones internacionales y el estancamiento de la demanda, se está produciendo una importante disminución de las descargas de buques. Así, en 2011 se ha producido un descenso del 15% del gas natural licuado descargado respecto a 2010 (se recepcionaron 349 buques en todo el año, 86 buques menos que en 2010) y la producción global de las plantas del Sistema se redujo un 18% con respecto al año anterior (el descenso es generalizado en todas las plantas del sistema).
Con la inminente entrada en funcionamiento de nuevas plantas de regasificación en el sistema, y con el incremento previsto de aportaciones de gas por gasoducto, este problema se verá incrementado, de modo que la disminución de las descargas de buques en plantas de regasificación no se considera que sea un hecho aislado del año 2011 sino que, a medio plazo, la situación puede agravarse. La entrada de El Musel o cualquier nueva planta de regasificación, va a incrementar las necesidades de mínimos técnicos y dificultar que se puedan garantizar las descargas. Por tanto, no se considera prudente que nuevas plantas de regasificación comiencen a funcionar, de modo que se retrasa la autorización del proyecto de ejecución o el acta de puesta en servicio de estas instalaciones en la península, hasta que la demanda lo justifique.