“El paso que estamos dando hoy día es de extraordinaria trascendencia histórica, política y jurídica”
Tras siete años en el Parlamento, esta mañana se promulgó la Ley Antidiscriminación, oportunidad en que el Mandatario destacó que “no podemos olvidar que fue sólo después del cruel asesinato de Daniel Zamudio, que murió precisamente a manos de la discriminación, de la intolerancia, del odio y de los prejuicios, que Chile por fin se decidió a dar este paso fundamental para construir juntos una sociedad más tolerante”.
Asimismo, señaló que “necesitamos avanzar hacia una verdadera cultura de la tolerancia, del respeto y de la aceptación, que no sólo tolere las diferencias, sino que ojalá las aprecie como una forma de enriquecer la propia existencia y la vida en sociedad”.
El Presidente de la República, Sebastián Piñera, junto a los ministros Secretario General de Gobierno, Andrés Chadwick, y de Justicia (s), Patricia Pérez, firmó esta mañana la promulgación de la Ley Antidiscriminación.
En una emotiva ceremonia que contó con la presencia de los ministros del Interior y Seguridad Pública, Rodrigo Hinzpeter, Secretario General de la Presidencia, Cristián Larroulet, de Desarrollo Social, Joaquín Lavín, de Educación, Harald Beyer, de Bienes Nacionales, Catalina Parot, de Cultura, Luciano Cruz-Coke, y del Sernam, Carolina Schmidt, además de agrupaciones por la diversidad sexual, asociaciones religiosas y étnicas, se desarrolló la promulgación de la ley que establece el deber de todos los organismos del Estado de implementar políticas públicas para garantizar la igualdad de todas las personas en el ejercicio de sus derechos fundamentales.
Durante su intervención, el Jefe de Estado destacó que “no podemos olvidar que fue sólo después del cruel asesinato de Daniel Zamudio, que murió precisamente a manos de la discriminación, de la intolerancia, del odio y de los prejuicios, que Chile por fin se decidió a dar este paso fundamental para construir juntos una sociedad más tolerante, más inclusiva, más respetuosa y más acogedora para todos y cada uno de nuestros compatriotas, cualquiera sea su edad, su origen étnico, su condición económica, sus ideas políticas, sus creencias religiosas o su orientación sexual.”
Asimismo, dedicó unas palabras a la familia de Daniel Zamudio, presente en la ceremonia: “fue sin duda una muerte muy dolorosa, pero también sabemos que no fue en vano y que incluso después de su muerte, su sacrificio está generando frutos fecundos”.
Del mismo modo, recordó que la Constitución establece en su artículo 1º que “las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos” y agregó que “a pesar de lo claro que es nuestro texto constitucional, hasta el día de hoy no contábamos con una norma integral para promover adecuadamente el principio de la no discriminación arbitraria, ni tampoco con una acción judicial eficaz para corregir de manera oportuna y sancionar de forma efectiva, cuando estos actos de discriminación arbitraria ocurren en nuestra sociedad”.
En ese sentido, enumeró los tres principales elementos que conforman esta ley: “establece una obligación a todos los órganos de la Administración del Estado para elaborar e implementar políticas destinadas a garantizarle a todas las personas, sin distinción alguna, el goce y ejercicio de sus derechos y libertades que están reconocidos en nuestra Constitución y en nuestras leyes, y también en los tratados internacionales que Chile ha ratificado y que se encuentran plenamente vigentes”.
En segundo lugar, señaló que este cuerpo legal define la discriminación arbitraria como “cualquier distinción, exclusión o restricción que carezca de una justificación razonable, ya sea efectuada por agentes del Estado o por particulares, y que cause privación, perturbación o amenaza en el legítimo ejercicio de los derechos fundamentales que establece nuestra Constitución y los tratados internacionales que Chile ha suscrito, particularmente aquellos referidos a los derechos humanos”.
El tercer elemento es que “la ley crea una acción judicial especial y ejecutiva, para que cualquier persona que se sienta víctima de una discriminación arbitraria, pueda recurrir a los Tribunales de Justicia con el objeto de poner fin o reparar esa discriminación, y establece multas para los casos en que se compruebe esta discriminación, pero también para aquellas personas que haciendo abuso de esta ley, denuncien discriminaciones que no tengan ningún fundamento”, puntualizó.
Además, el Mandatario indicó que “el paso que estamos dando hoy día es de extraordinaria trascendencia histórica, política y jurídica, y no solamente para las muchas chilenas y chilenos o personas que habitan en nuestro país, que se han sentido y han sufrido los efectos de la discriminación, es también un paso histórico y trascendente para la sociedad entera” y agregó que “necesitamos avanzar hacia una verdadera cultura de la tolerancia, del respeto y de la aceptación, que no sólo tolere las diferencias, sino que ojalá las aprecie como una forma de enriquecer la propia existencia y la vida en sociedad”.
Al finalizar sus palabras, agradeció a todos quienes fueron partícipes en conseguir que esta ley fuera promulgada y destacó que “estoy seguro que esta ley nos permite dar un gran paso adelante hacia la construcción de un Chile más libre, más humano, más tolerante, más acogedor, que respete de mejor manera la dignidad que es esencial a todo ser humano”.