El rector de la UIMP nombra a Silvia Lemus, viuda del Premio Cervantes, colaboradora honorífica del claustro de la institución en comunicación internacional
Santander,.- Escritores y amigos han homenajeado hoy a Carlos Fuentes, a quien definieron como “un enamorado de la literatura y la palabra escrita y leída”, en un acto celebrado en la sede santanderina de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), institución académica que en 1992 le distinguió con su Premio Internacional Menéndez Pelayo.
Este acto conmemorativo contó con las emotivas intervenciones de la viuda del homenajeado, la periodista Silvia Lemus; los escritores Jorge Volpi y Julio Ortega; el cronista, ensayista y narrador Gonzalo Celorio; el periodista y académico Juan Luis Cebrián y el rector de la UIMP, Salvador Ordóñez, quien nombró a Lemus colaboradora honorífica del claustro de la institución en comunicación internacional, en nombre del Consejo de Gobierno de la UIMP, atendiendo a sus méritos profesionales.
Ordóñez recordó la “estrecha” relación que Carlos Fuentes mantuvo con la institución, donde participó en la primera edición de las jornadas literarias ‘Lecciones y maestros’ y dirigió un curso del ciclo ‘El Autor y su obra’, participando también en los ‘Martes literarios’.
“Carlos ha pasado al Olimpo donde moran los hombres excepcionales”, aseguró el rector de la UIMP, quien expresó su “emocionado recuerdo” por la pérdida de un escritor que “siempre fue generoso con las artes y los artistas”. En este sentido, destacó el “verbo preciso” de su escritura y su denuncia de los problemas de América Latina.
Silvia Lemus describió a su esposo como un hombre “inteligente, brillante, con gran sentido del humor y, en definitiva, fascinante”, e hizo hincapié en la “pasión” que sentía por su trabajo, al que dedicaba más de cinco horas diarias. “Era un poco calvinista, sentía que si no trabajaba no iría al cielo”, bromeó.
La periodista subrayó la “independencia e integridad” que Fuentes mantuvo a lo largo de toda su vida, y comentó algunas de las aficiones del autor de ‘La muerte de Artemio Cruz’, como el cine, la ópera y la lectura. Asimismo, agradeció, tanto a los asistentes como a los participantes en el acto, el “gran cariño” mostrado por la figura de su marido.
Por su parte, el escritor mexicano Jorge Volpi afirmó que el encuentro con el homenajeado a través de la novela ‘Terra Nostra’ cambió su vida “para siempre” y lo convirtió en escritor. Sobre sus aportaciones literarias, explicó que el Premio Cervantes de 1987 “construyó una tradición por sí mismo y tuvo la osadía de reinventarse en cada obra”.
“Al conocerlo descubrí su enorme generosidad”, manifestó Volpi, para quien la personalidad de Fuentes era “un prisma” de cinco vértices, que incluían sus distintas facetas como “guía, demoledor, estratega, mutante y viajero del tiempo”. “El tiempo fue la mayor de sus obsesiones y con él trabajó y luchó durante toda su obra”, añadió.
El también escritor Julio Ortega recordó que conoció a Carlos Fuentes a finales de los años sesenta, cuando comenzó con él “una conversación que todavía no ha terminado” y que se extiende a través del tiempo mediante la lectura de sus obras.
Ortega aseguró que el Premio Príncipe de Asturias de 1994 reescribió la tradición de la novela como “puesta a prueba de la capacidad del lector” y destacó que “cada vez que alguien se acerca a una de sus historias, se convierte en narrador de la misma”. “En la literatura todo el mundo sigue vivo”, concluyó.
El ensayista Celorio destacó los “agudos análisis” así como la “humillante fecundidad” de Fuentes, de quien alabó su capacidad de “concienciarnos de quiénes somos y por qué somos así” ya que, según apuntó, “nada humano le era ajeno”. El cronista recordó el momento de la muerte del que fuera su amigo y lamentó la pérdida de “su liderazgo intelectual, su opinión cotidiana, y la alegría de su amistad asidua”.
“Gracias a Fuentes ya no tenemos que viajar presentando un pasaporte cultural identitario”, explicó el narrador, quien apuntó que el autor de ‘Aura’ “fue quizá el último exponente del intelectual ecuménico”. Al mismo tiempo, ensalzó la “templanza” del novelista, a la que, a su juicio “habría que invocar para aceptar su muerte y seguir sin él el camino que trazó con luminosidad y amor”.
Juan Luis Cebrián recordó las primeras palabras que leyó sobre Carlos Fuentes, una carta de censura del libro ‘Cambio de piel’ que en 1968 fue prohibida en España por “pornográfica, comunista y anticristiana” en un año que se suponía “de liberalización”. Recordó que esta carta de censura le hizo acercarse a la obra del Premio Menéndez Pelayo quedando “deslumbrado por la modernidad de sus obras”.
En su intervención, Cebrián leyó un ensayo que escribió con motivo de los cincuenta años de la publicación de ‘La región más transparente’ obra con la que Fuentes construyó “el pórtico de una nueva etapa en toda la literatura hispanoamericana”.
Durante el acto, en el que se proyectó además un vídeo de 1982 en el que Silvia Lemus entrevista a Carlos Fuentes, al que se podía ver leyendo algunos fragmentos de su obra ‘La región más transparente’, estuvieron presentes además el presidente de la Fundación Santillana y del Grupo Prisa, Ignacio Polanco; el presidente de Santillana, Emiliano Martínez; el director de la Fundación Santillana, Basilio Baltasar