Santander, .- El profesor de Psiquiatría de la Universidad de Nueva York y director del programa ‘Public and Global Psychiatry’, Manuel Trujillo, ha asegurado hoy en Santander que el ser humano no necesita “grandes cantidades de nada” para ser feliz y abogó por impulsar la creatividad como una forma de “mejorar la calidad de vida de las personas”.
“Cuando la gente tiene una vivencia creativa se activan centros del cerebro relacionados con el bienestar y el placer”, comentó Trujillo durante una rueda de prensa celebrada en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) donde dirige esta semana la ‘Escuela de Psiquiatría y Ciencias de la Conducta «Carlos Castilla del Pino». La creatividad’ junto al psiquiatra y secretario de la Fundación Castilla del Pino, José María Valls.
Preguntado sobre si “la creatividad y la genialidad” exigen a las personas tener “un cierto punto de locura”, Trujillo respondió que aunque “no es una cualidad necesaria” sí que se ha demostrado que “existe una relación”. Para el profesor el “impulso creativo” depende de la imperfección y de la “búsqueda” constante de la novedad y “si el cerebro funcionara perfectamente”, las personas “estarían totalmente integradas en su medio” y no sentirían la necesidad de cambiar.
El psiquiatra comentó que un entorno social complicado podría hacer surgir más la creatividad y los “genios” y puso como ejemplo la “buena literatura” o las “ambiciosas” propuestas de cambio que surgieron durante la Transición española. Sin embargo, el profesor también añadió que si la “presión represiva” es “muy alta” las personas entran en un estado de “desmoralización” que inhibe el fenómeno creativo porque, entre otras cosas, no tiene “cauce de expresión” y solo gente “extraordinariamente motivada” puede “mantenerse”.
Al mismo tiempo, Trujillo explicó que las personas “muy creativas” pueden llegar a sentirse incomprendidas porque tienen “tanta pasión” por lo que hacen que esa misma intensidad les separa “del resto de los mortales” y por eso, dijo, muchas veces se les considera “raros” aunque “no tengan necesariamente una enfermedad mental”.
Para terminar, y como claves para mejorar la creatividad, el profesor animó a las personas a participar en procesos de generación de ideas, evitar el perfeccionamiento y la convicción de certeza y exponerse a contextos de diversidad cultural. Según el profesor, el ser humano no necesita “grandes cantidades de nada” para ser feliz pero “lo poco que necesita” es muy importante que lo consiga, concluyó.