Final de la cumbre europea en Gijón

Final de la cumbre europea en Gijón

1.239 cicloturistas provenientes de 14 países europeos distintos participaron en el evento

 

Gijón.- Lo bueno siempre dura poco, esa era la frase que sonaba en el aire ayer domingo, cuando la mayoría de los cicloturistas embalaban sus monturas y preparaban el equipaje para abandonar las instalaciones del Camping Deva, centro neurálgico de la Semana. Al igual que llegaron se van, con un continuo goteo de auto caravanas y coches cargados de equipaje, recuerdos y emociones.

 

Alguna lagrima en las despedidas asomaba por el rabillo del ojo, y es que siete días dan para mucho, y la convivencia es plena, tanto entre participantes como entre participantes y voluntarios que calaron hondo en los corazones de los 1239 europeos que finalmente acudieron al evento provenientes de 14 países europeos distintos, consiguiendo que solo se hablase un idioma, el de la amistad.

 

Oficialmente, se ponía punto y final el pasado sábado, con una gran espicha (comida tradicional asturiana) y la Ceremonia de Clausura, donde el Concejal de deportes, Pedro Barbillo, pasó el testigo a la ciudad de Yverdon Les Bains, en Suiza, lugar donde se celebrará la 9ª Semana Europea de Cicloturismo. A la ceremonia, siguió una gran fiesta hasta altas horas de la noche.

 

El domingo por la mañana, la gente comenzaba la última ruta “Vuelta a los Valles Mineros” en carretera, y "La Costa, Candás" para la BTT. La Camocha, Carbayín, El Entrego, eran algunos de los puntos de interés de la ruta de carretera, y Candás recibía de nuevo a los cicloturístas, esta vez con la bici de BTT.

 

La jornada comenzaba con amenaza de lluvia, que junto con la fiesta de la pasada noche, hizo que los cicloturistas no se decidieran a madrugar, pero pasada la mitad de la jornada, hizo las delicias de todos los grupos que salieron, con un duro regreso por el Alto de la Fumarea, y los fuertes repechos de Fano, Caldones y Deva, así como una magnífica panorámica de la costa y Gijón. Como anécdota del día, la avería sufrida por uno de los participantes, que rompió un radio y se pararon a comer y repararlo en el Rte. de los padres de Chechu Rubiera, ya que la ruta pasaba por delante de su casa.

 

Atrás quedan 9 agotadores días de trabajo, pero plenos de satisfacción por ver las caras de felicidad y muestras de agradecimiento de los participantes hacia todo el equipo de la organización. Se podría haber hecho mejor, no cabe duda, pero no con tantas ganas y dedicación como este grupo humano lo ha hecho.

 

FOTO: FOTOMON

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