Santander.-Joaquín Hierro, hijo menor del poeta José Hierro, ha asegurado hoy en Santander que observa una actitud “mucho más receptiva” en el actual Gobierno de Cantabria y ha afirmado que tiene “esperanzas” de crear una fundación que lleve el nombre de su padre. “Aún no hay nada concreto, pero se está empezando a hablar”, añadió.
En este sentido, y consciente de que la situación económica del país “no es muy boyante”, Joaquín Hierro comentó que “muchas veces no se trata solo de dinero sino de usar los recursos que existen con cabeza”.
El hijo del Premio Cervantes 1998 hizo estas declaraciones en una rueda de prensa en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) con motivo del encuentro ‘José Hierro’, en la que intervino junto al presidente del Ateneo de Santander y director del curso, Carlos Galán, y el académico de la RAE y director de la Escuela «Emilio Alarcos» de la institución académica, Salvador Gutiérrez Ordóñez.
Hierro anunció además que aún queda obra inédita de su padre por publicar, aunque no “poemas elaborados”. Según explicó, entre ellos se encuentran fragmentos de una novela, que se está estudiando si se van a publicar o no, y el resto está compuesto por trabajos y estudios como la adaptación de ‘Platero’ o de ‘El pequeño príncipe’. En este sentido, Galán confesó tener un villancico “magnífico” e inédito guardado.
Joaquín Hierro se refirió también a la afición de ‘Pepe’, como le llamaban sus amigos, por la pintura, pero señaló que para él era “un juego en el que se entretenía, un divertimento”. De hecho, Galán apuntó que cuando hizo el último cartel para la UIMP y le llamaron para pagárselo, Hierro contestó: “yo cobro por mis versos, pero no por mi pintura”.
Por su parte, Gutiérrez Ordóñez, compañero de José Hierro cuando ambos impartían clases de Español para Extranjeros en el Campus de Las Llamas de la UIMP, le definió como una persona “tímida” que por fuera tenía “una corteza de hogaza rústica” mientras que por dentro era “tierno como la miga de pan”. Sobre su faceta poética, el académico le calificó de “icono de la poesía nueva” y no de “la relamida, llena de tópicos y cánones”, a través de la cual contaba “la realidad social”.
“Pepe Hierro es un poeta que va madurando, como los grandes pintores, opinó Gutiérrez Ordóñez, quien consideró que, por ejemplo, su obra ‘Cuaderno de Nueva York’, de 1998, es un poemario que va a quedar para siempre”.
Gutiérrez Ordóñez destacó también que Hierro fue un “gran innovador” del lenguaje poético, en el que logró encontrar “su voz” y esta, a su vez, se hizo con “la simpatía” en la respuesta de los lectores. A su juicio, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras fue “uno de los mejores de la segunda mitad del siglo XX” y “un poeta nuevo que cantaba la realidad social con contención magistral: sabía decir las cosas en silencio”.