La detención del artista y crítico político más famoso de China, Ai Weiwei, es un perturbador paso más en la creciente represión de la disidencia que en los últimos meses se ha saldado con la detención de decenas de activistas, ha declarado hoy Amnistía Internacional.
La policía detuvo a Ai Weiwei en el aeropuerto de Pekín el 2 de abril. Durante el fin de semana fueron también detenidas su esposa y varias de las personas empleadas en su estudio.
“Ai Weiwei ni siquiera estaba involucrado en ningún llamamiento a favor de una ‘revolución de los jazmines’. No parece haber motivo alguno para su detención, a no ser que las autoridades estén intentando transmitir el mensaje de que en China se acabó la disidencia sin cortapisas”, ha declarado Donna Guest, directora adjunta del Programa de Amnistía Internacional para Asia y Oceanía.
Desde que a finales de febrero comenzaron a circular por Internet llamamientos para una “revolución de los jazmines” china inspirada en las protestas de Oriente Medio y el Norte de África, las autoridades han detenido a decenas de activistas, abogados y blogueros.
“Ya hemos visto el espeluznante efecto que han tenido sobre activistas y ciberciudadanos las detenciones practicadas durante el mes pasado en el contexto de la ‘revolución de los jazmines’. La privación de libertad de Ai Weiwei significa que se ha pasado a un nivel superior”, afirma Donna Guest.
“Si las autoridades se atreven a capturar a este renombrado artista mundial a plena luz del día en el aeropuerto de Pekín, da miedo pensar cómo estarán tratando a otros disidentes menos conocidos.”