Santander,.- El actor y coach Luis Dorrego ha señalado en el Campus de Las Llamas de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) que ante “tanto miedo” generalizado la sociedad y sus individuos necesitan “reforzar el pensamiento positivo” y aprender a “colorear la vida de un tono adecuado”.

 Estas reflexiones fueron fruto de una entrevista realizada con motivo de su participación como director y profesor en el curso ‘Coaching para profesores con menos de 200 horas de vuelo’ que imparte esta semana en la sede permanente de la UIMP en Santander con el objetivo de mejorar las habilidades asertivas y emocionales de los alumnos matriculados.

 Para este experto en Comunicación y Desarrollo Personal, la sociedad “está demandando” un refuerzo que le ayude a replantearse cuáles son los valores y las creencias que le mueven, y las personas necesitan gestionar esa emoción que “hoy se llama miedo y hace cinco años alegría”. “El coaching, la inteligencia emocional o el pensamiento positivo pueden ayudar a todo esto”, comentó.

 El profesor aprecia hoy en día un “fracaso maravilloso” del paradigma antiguo por el cual “las personas llegaban a ser en función de lo que poseían”  y observa un cambio de mentalidad en los individuos que, a su juicio, empiezan a preocuparse por “quiénes son” y, a partir de ahí, construyen lo que “pueden llegar a hacer o a tener”. “Ahora empezamos a plantearnos las cosas desde otro ángulo”, dijo.

 Preguntado por algún consejo que ayude a le gente a ser más optimista, el coach respondió sin dudar que dejar de ver las noticias en televisión y de leer los periódicos ayuda a las personas a estar “de mejor humor”. Además, el profesor subrayó que pequeños gestos como “modificar el lenguaje para que sea más positivo” puede ayudar a la gente a experimentar el llamado “pensamiento positivo”. “Prueben a cambiar el te quiero mucho pero, por el te quiero mucho y”, bromeó. 

En relación a su profesión, Dorrego consideró que España vive un momento de “eclosión” en el que parece que “todo el mundo necesita un coach” cuando, en su opinión, este “debería ser útil” para momentos específicos. “Al principio todo lo nuevo agrada, pero cuando pase el tiempo estos profesionales volverán a ocuparse de la gente que realmente lo necesita”.

 “Un maestro me enseñó que el deseo de ayuda impide la ayuda”, reveló Dorrego, quien explicó que conoce muchos profesionales del coaching que se autoimponen la obligación de ayudar aunque el otro no quiera. Para él este es un “camino equivocado” y explicó que un buen coach es un “facilitador o entrenador” que orienta a la gente para que “explote” los recursos que tiene