Barack Obama anunció recientemente en su discurso sobre Oriente Próximo, que las negociaciones de paz para la creación de un Estado palestino debían tomar como base las fronteras de 1967, antes de que Cisjordania y Jerusalén Este fueran ocupadas. A finales de abril, la delegación de la Eurocámara para las Relaciones con el Consejo Legislativo Palestino visitó los territorios ocupados. Su presidente, el socialista irlandés Proinsias De Rossa, nos cuenta sus impresiones.
Las dos principales partidos políticos palestinos, Al-Fatah y Hamas, firmaron un acuerdo de reconciliación en El Cairo el pasado 3 de mayo. Ambos acordaron formar un gobierno de transición bajo la supervisión de Egipto. Las elecciones se celebrarán dentro de un año. El eurodiputado De Rossa analiza la situación de los territorios ocupados tras su experiencia in situ.
Tras su visita Cisjordania y Jerusalén, ¿podría describirnos la situación que allí se vive?
Comprobamos de primera mano el abuso, la humillación y la violación de los derechos humanos a los que los palestinos se enfrentan a diario. De hecho, en muchos casos, los jóvenes acaban en prisión. Alrededor de 200 niños palestinos se encuentran en cárceles israelíes en este momento.
Cuando estuvimos en Hebrón, pasamos por un mercado cubierto por una especie de malla donde se apilaban rocas, piedras y toda clase de escombros que los colonos arrojaban desde arriba. A un miembro de nuestra delegación le rociaron con agua sucia, simplemente porque no les agradan los extraños y no quieren que la zona sea una zona de atracción para los visitantes.
Este es un suceso menor si lo comparamos con lo que les ocurre a los palestinos. Visitamos el hogar de uno de ellos al que acosan constantemente. De hecho, uno de sus hijos, de tres años de edad, tenía una profunda herida en la frente por el impacto que recibió de una piedra la semana anterior. Los abusos, la humillación, el tener que pasar por los puestos de control para poder moverse por la zona... Todo esto es constante. El panorama es terrible.
Barack Obama propuso las fronteras de 1967 como base para la negociación de paz. En cambio el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, rechazó esa idea. ¿Se encuentra de nuevo el proceso de paz en punto muerto? ¿Puede hacer algo al respecto la Unión Europea?
La negativa de Netanyahu no fue una sorpresa para la gente que, como yo, ha visitado ese lugar de forma regular. Al actual gobierno israelí le interesa expandir su territorio, tal y como está sucediendo en este preciso momento en Cisjordania y Jerusalén. La cuestión es en qué medida podemos nosotros ejercer presión, porque esta situación no es sostenible.
Europa e Israel mantienen una relación comercial importante que mueve miles de millones de euros. También tenemos un acuerdo de colaboración muy estrecho. Pero un artículo de dicho acuerdo especifica, como condición necesaria para mantenerlo, el respeto de los derechos humanos. Si no lo hacen, lo están violando. Sabemos por tanto que existe un incumplimiento por el lado israelí y aún así no hacemos nada. Así que los palestinos ven cómo Europa no actúa de forma consecuente.
La Unión Europea exige la aplicación de los derechos humanos y la democracia en cualquier parte del mundo, y así lo ha hecho en los casos de Libia, Túnez y Egipto por ejemplo. Ahora los palestinos se preguntan: "¿Y qué pasa con nosotros?". Está claro que la UE aplica un doble rasero. Los principios que se aplican a Libia, Túnez, Egipto y otras partes del mundo, también deberían emplearse con los palestinos.
Si Hamas, que se encuentra en la lista negra de la Unión Europea en lo que a organizaciones terroristas se refiere, llegara a formar parte del futurible gobierno, ¿continuaría la UE aportando ayuda financiera a los territorios palestinos?
Lo que han acordado es formar un gobierno interino integrado por tecnócratas, sin gente de partido. Habrá gente que desarrolle de una forma oficial y profesional el programa de reconciliación acordado. El Consejo declaró la pasada semana que la UE da la bienvenida a ese acuerdo, y que trabajará con el gobierno resultante del mismo. Además los Estados miembros ya han afirmado que ofrecerán su ayuda a la autoridad palestina.
Los palestinos tienen derecho a elegir a sus gobernantes, de la misma forma que los tunecinos, egipcios y libios. Así que debemos respetar el resultado de las elecciones porque de lo contrario perderíamos credibilidad. Si reconocemos como válidos los resultados electorales de las próximas elecciones en Egipto, entonces debemos hacer lo mismo con Palestina.
No podemos quedarnos de brazos cruzados. Hay mucho en juego, tanto para los palestinos como para los israelíes. La seguridad de Israel depende de alcanzar un acuerdo con los palestinos, para que así ambos estados puedan coexistir en paz. No hay futuro para Israel si esto no se produce.
El presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, realizará una visita oficial a los territorios palestinos e Israel el próximo 12 de junio.