Los presidentes de las instituciones de la UE, Jerzy Buzek (Parlamento Europeo), José Manuel Barroso (Comisión) y Herman Van Rompuy (Consejo), invitaron a representantes de cristianos, judíos, musulmanes y budistas a Bruselas. En el encuentro, debatieron sobre derechos y libertades, y sobre las posibles vías a seguir para construir una alianza por la democracia y la prosperidad en Europa y sus alrededores.

"Las religiones son esenciales para el tejido social de los países de la Unión", subrayó Jerzy Buzek. "El Parlamento Europeo destaca que la libertad religiosa es uno de los derechos humanos fundamentales. Para ser efectiva en su política de vecindad, la UE debe cooperar con los grupos religiosos en temas como la educación o la atención sanitaria, para la reconstrucción de las sociedades post-conflicto".

Según Barroso, "los retos para promover la democracia, el pluralismo, el Estado de Derecho, los derechos humanos y la justicia social en Europa, sólo pueden verse satisfechos con la contribución activa de las comunidades religiosas".

Para Herman Van Romuy, "los valores no pueden sobrevivir sin una trascendencia espiritual, religiosa o ética. Nadie tiene el monopolio de los grandes valores humanos que dan sentido a nuestras vidas y a nuestras sociedades".

Los líderes religiosos de 13 Estados miembros (Reino Unido, Alemania, Suecia, Hungría, Francia, Bélgica, Austria, Italia, Rumania, Grecia, Chipre, Polonia, Países Bajos), así como de Rusia y Bosnia-Herzegovina, recibieron positivamente la determinación de la UE y los debates llevados a cabo con espíritu franco y abierto.

El vicepresidente del Parlamento Europeo, László Tökes, la vicepresidenta de la Comisión, Viviane Reding, el comisario John Dalli, el comisario Štefan Füle y la comisaria Cecilia Malmström también participaron en el debate. En virtud del artíulo 17 del Tratado de Lisboa, la UE se ha comprometido a un "diálogo abierto, transparente y regular" con la religión, las iglesias y las comunidades religiosas.