El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García Margallo, dijo el martes que, en la actual tesitura, la Unión Europea seencuentra ante “opciones muy simples: si retrocedemos en el euro, nos cargamos la UE” y ha abogado por darle un impulso político a la resolución de todos los problemas que la zona euro tiene sobre la mesa. En esta línea, ha defendido la figura de un superministro de Economía europeo y también se ha mostrado a favor de todas las medidas de convergencia entre los países miembros de la Unión Europea que ha propuesto el presidente europeo Herman Van Rompuy, aunque desconoce si esta batería de propuestas “será suficiente”.
En su intervención en el seminario ‘La crisis del euro. Incidencia en las economías europeas. Retos y soluciones’ que se desarrolla esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, UIMP, el titular de Exteriores se definió como “optimista, porque Europa se ha hecho en las crisis” tras desgranar algunas de las medidas que baraja la UE y que van desde la integración bancaria (que haya las mismas reglas de juego para los grupos financieros en todos los países) hasta que exista un supervisor europeo que intervenga si los controladores nacionales no cumplen su función. También habría dos fondos, “dos huchas” bancarias para hacer frente a posibles desequilibrios como el actual.
Además, el presidente europeo ha propuesto a los estados miembros reforzar todos los aspectos de la unión fiscal ya existente, una acción que sería “una entrega de soberanía presupuestaria como yo no he conocido en mucho tiempo”, avisó García Margallo, quien en todo momento se mostró partidario de una mayor convergencia entre los socios europeos dado que, a su juicio, Europa debería imitar a Estados Unidos. El ministro consideró que hay que “dar el salto” hacia un modelo europeo federalista aunque sabe que esto provoca “un problema” a los países “que no quieren perder competencias”.
El máximo responsable del Ministerio de Asuntos Exteriores avanzó, por otro lado, que “lo que viene” a continuación en ese proceso de convergencia con Europa son tres armonizaciones: la de la base imponible del impuesto de sociedades, la de las rentas del capital y la que afecta al IVA. “El Gobierno está dispuesto a cumplir todos los objetivos” que está marcando la Comisión Europea, señaló, una vez que se ha demostrado que fueron insuficientes todos los “cortafuegos” que impuso la Unión tras los primeros rescates a países miembros para evitar que los riesgos financieros se propagaran. “El problema es que los inversores dudan” de que los socios del euro sean “un matrimonio de los que no se rompen. Dudan de nuestra voluntad de seguir juntos. Los mercados creen que esto es un asunto de fin de semana, con divorcio expres”.
El seminario en el que intervino el ministro de Asuntos Exteriores está organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) y patrocinado por el BBVA.