Agentes de la Policía Nacional han detenido a un individuo que, hace cuatro años, causó lesiones graves a un empresario con un artefacto explosivo casero que colocó en el coche de la víctima y que le estalló en las manos cuando se dispuso a recogerlo. Una huella dactilar localizada en un tetrabrik que el autor dejó en el lugar de la explosión facilitó la detención. De esta manera, se resuelve un complicado caso que los agentes no habían dejado de investigar desde 2007 y cuyas pesquisas han resultado arduas y trabajosas.
Los hechos se remontan al 22 de junio del año 2007. La víctima, un varón de 40 años, fue a recoger su furgoneta que estaba estacionada en una calle del distrito de Puente de Vallecas y, sobre el vehículo, encontró dos tetrabrik. Uno de ellos, que estaba puesto a modo de señuelo sobre la luna delantera de la furgoneta, fue retirado por la víctima sin ninguna consecuencia. Sin embargo, el otro envase, situado entre la maneta de apertura de la puerta delantera izquierda y la propia puerta del vehículo, ocultaba un artefacto explosivo que le estalló en las manos cuando se disponía a retirarlo.
La deflagración causó al empresario heridas de carácter grave, por las que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente en dos ocasiones. El hombre sufrió la amputación de dos falanges distales de la mano derecha así como diversas heridas y fracturas en la misma mano.
Cuatro años de investigación
Los agentes comenzaron entonces una investigación que se prolongó durante cuatro años. El primer paso fue la exhaustiva inspección técnica que desarrollaron los expertos policiales de Policía Científica en el lugar del hecho. Allí consiguieron extraer del tetrabrik ubicado en la luna delantera, y que había sido utilizado como señuelo para la víctima, cinco huellas dactilares. De esas, cuatro no tenían ningún valor identificativo pero una de ellas sí. No se encontraron en aquel momento coincidencias en las bases de datos policiales por lo que quedó archivada como "anónima".
La investigación ha sido larga y dificultosa. Durante cuatro años los agentes han realizado numerosas gestiones en el entorno de la víctima. Tras seguir varias pesquisas con resultado negativo, las sospechas apuntaron directamente al ahora detenido, José Luís A.C.
Todo indicaba que el móvil había sido la venganza. Los investigadores constataron que entre el detenido y la víctima, un empresario de la construcción, habían existido numerosas divergencias de tipo laboral y económico. El arrestado, incluso, le había amenazado en varias ocasiones con causarle algún daño físico ya que le culpaba de haberle llevado a la ruina.
El cotejo de sus huellas con los vestigios obtenidos en el lugar de la explosión ha permitido esclarecer los hechos acaecidos hace cuatro años. El juez de guardia ha decretado el ingreso en prisión del presunto responsable.