Invertir en tecnologías postcosecha para reducir las pérdidas de alimentos podría aumentar significativamente el suministro de alimentos en el África subsahariana, según un nuevo informe de la FAO y el Banco Mundial presentado hoy en una reunión de la región para debatir este tema.
El informe Missing Food: The Case of Postharvest Grain Losses in Sub-Saharan Africa (Alimentos faltantes: el caso de las pérdidas de cereales postcosecha en el África subsahariana), producido en colaboración con el Instituto de Recursos Naturales del Reino Unido, estima el valor de las pérdidas de cereales postcosecha en el África subsahariana en unos 4 000 millones de USD al año.
"Esta pérdida de alimentos podría satisfacer las necesidades anuales mínimas de alimentos de por lo menos 48 millones de personas -indica la Subdirectora General de la FAO, María Helena Semedo-. Si estamos de acuerdo en que es necesario desarrollar los sistemas agrícolas para alimentar a 9 000 millones de personas para 2050, resolver la cuestión de los desperdicios a lo largo de toda la cadena de alimentos tendrá que ser un elemento indispensable en las futuras estrategias nacionales de alimentación."
Alimentos faltantes
Según las estimaciones del Sistema de información africano sobre pérdidas postcosecha, las pérdidas materiales de cereales antes de la elaboración pueden oscilar del 10% al 20%.
En África oriental y austral, solamente, las pérdidas de alimentos tienen un valor de 1 600 millones de USD al año, equivalente a un 13,5% del total del valor de la producción de cereales.
Aunque no hay estimaciones análogas de las pérdidas regionales para el África central y occidental, si se supone que tuvieran un volumen parecido el valor de las pérdidas de cereales postcosecha en el África subsahariana podría ascender a 4 000 millones de USD al año, de una producción anual de cereales estimada con un valor de 27 000 millones de USD (promedio anual 2005 - 2007).
Esto equivale a grandes rasgos al valor de las importaciones anuales de cereales de la región en el mismo período. Debido a que los precios mundiales de los cereales casi se han duplicado desde 2005-2007, el valor de las pérdidas actuales puede ser mucho mayor.
Oportunidades perdidas
Las pérdidas se producen cuando los cereales se descomponen o por infestaciones de plagas, hongos o microbios, y las pérdidas materiales sólo son una parte de la ecuación. También puede haber pérdidas económicas debido a los precios bajos y a la falta de acceso al mercado para los cereales de poca calidad, o pérdidas nutricionales por falta de calidad de los alimentos o porque estén contaminados.
Las pérdidas de alimentos contribuyen a subir los precios de los alimentos al eliminar una parte del suministro de alimentos del mercado. También producen efectos ambientales negativos porque se utilizan recursos de tierras y agua, y otros no renovables, como los fertilizantes y la energía, para producir, elaborar, manipular y transportar alimentos que nadie consume.
Mayor atención
Las recientes crisis financiera y de los alimentos han dado mayor relieve a las pérdidas postcosecha.
"África no se puede permitir la pérdida del 20% de su producción de cereales -afirmó Jamal Saghir, Director del Departamento de Desarrollo Sostenible, del Banco Mundial, Región de África-. Se reconoce cada vez más que reducir las pérdidas de alimentos forma parte de un enfoque integrado para realizar todo el potencial de la agricultura, además de hacer un uso eficaz de los cultivos de hoy, incrementar la productividad en las tierras existentes e incorporar terrenos adicionales, en forma sostenible, a la producción."
Tecnologías que funcionan
Existe una variedad de prácticas y tecnologías para reducir las pérdidas postcosecha, inclusive protectores de los cultivos y contenedores para almacenamiento, como costales herméticos y graneros metálicos.
Si bien algunas de estas tecnologías han dado buenos resultados en Asia, hace falta más investigación y experimentación para determinar las intervenciones adecuadas para los entornos africanos. A fin de obtener buenos resultados, las intervenciones deberán ser sensibles a las condiciones y prácticas locales, contemplarse en el contexto de la cadena de valor y asegurar que existan incentivos económicos apropiados.
Las tecnologías que han tenido éxito en Asia, como un sistema para secar el arroz en pequeña escala y la introducción de molinos para el arroz y trilladoras de pedales, se han adoptado bien en África y pueden ser más aceptadas conforme la emigración, el envejecimiento de los agricultores y las altas tasas de infección de VIH/SIDA reducen la mano de obra de disponible y elevan los salarios.
Los gobiernos pueden ayudar creando un entorno propicio; reducir los costos de transacción de los mercados mediante inversión en infraestructura, como carreteras, electricidad y agua; y fortaleciendo la investigación y extensión agrícola, en particular para determinar dónde se producen las pérdidas a lo largo de la cadena de alimentos y cómo evitarlas