IRNA - El Ministerio de Exteriores de la República Islámica de Irán felicitó en un comunicado la victoria del candidato de los Hermanos Musulmanes de Egipto, Muhammad Morsi, elegido Presidente de Egipto.
El Director de la Alta Comisión Electoral de Egipto anunció el domingo que Morsi había obtenido el 51,73% de los votos, obteniendo la victoria en la carrera presidencial, y proclamándose Presidente de Egipto.
Su rival electoral, Ahmed Shafiq, ex primer ministro del derrocado dictador Hosni Mubarak ha conseguido 48,27 por ciento de los votos, según el resultado final.
El comunicado de la ministerio de Exteriores de Irán elogia la participación de los egipcios en sus delicadas elecciones presidenciales a fin de alcanzar los objetivos justos de su revolución, la cual, también, es “una muestra majestuosa de la democracia”.
La nota indica que el movimiento emancipador del pueblo egipcio, recurriendo a Dios y a su fe profunda, está en sus últimas fases y el presidente electo tendrá un papel relevante en el inicio de una etapa evolutiva en el camino del crecimiento y desarrollo multilateral de este país árabe.
La Diplomacia iraní, tras rendir homenaje a los mártires de la revolución, desea felicidad, desarrollo y éxito a la nación egipcia, y enfatiza la continuidad de su presencia en las arenas política y social de su país.
Según agencias, Muchos egipcios apoyaron a Morsi como una oportunidad para deshacerse finalmente del antiguo régimen de país y 60 años de gobierno militar.
El resultado electoral ha puesto fin a más de una año de masivas protestas, en un momento en que se incrementaba la delincuencia, y comenzaban los problemas económicos, tras 18 días de revolución que forzaron la dimisión del dictador Hosni Mubarak, el 11 de febrero de 2011.
El anuncio del domingo determinó finalmente, que Egipto será gobernado por un miembro del partido político de los Hermanos Musulmanes largamente reprimido, y supone una ruptura con seis décadas de gobiernos militares.
El resultado electoral ha puesto fin a más de un año de protestas masivas, mientras aumentaba la delincuencia y los problemas económicos, tras la revolución de 18 días que obligó al dictador Hosni Mubarak a dimitir, el 11 de febrero de 2011.
El anuncio determinó finalmente que Egipto será gobernado por un miembro de un partido largamente reprimido, y supone una ruptura con seis décadas de mandatos militares