SINC/IFAE.-Unos mil científicos de cien centros europeos y de EEUU tienen luz verde para poner en marcha la misión Euclides, cuya construcción ha aprobado esta semana la Agencia Espacial Europea. El objetivo, estudiar la energía y la materia oscura del universo a partir de 2020.
La misión Euclides de la Agencia Espacial Europea (ESA), diseñada para descubrir la naturaleza de la materia y la energía oscura del universo, pasa a la fase de construcción. Así lo ha aprobado este miércoles el Comité para el Programa Científico de la ESA, que tiene previsto lanzar el satélite en 2020.
El comité también ha acordado con las agencias de financiación de varios de los estados miembros el desarrollo de dos de los instrumentos científicos de Euclides: una cámara en la banda de luz visible (VIS) y un espectrómetro en la del infrarrojo cercano (NISP), así como del gran sistema de procesamiento de datos que generará esta misión.
También se ha formalizado un memorando de entendimiento entre la ESA y la NASA a través del cual la agencia espacial estadounidense colaborará en la misión proporcionando los detectores de infrarrojos. En total, el consorcio Euclides estará compuesto por cerca de mil científicos de cien institutos de investigación de 13 países europeos, con la colaboración de otros de EEUU.
Se trata de la mayor colaboración astronómica de la historia, según sus promotores, que supera a otras como Planck y GAIA de la ESA. “Su aprobación formal supone un gran hito para la comunidad científica, para sus agencias de financiación y también para la industria europea”, señala Álvaro Giménez Cañete, director de Ciencia y Exploración Robótica de la ESA.
Importante participación española
En este proyecto se integran un buen número de instituciones españolas. Participan el Institut de Ciències de l’Espai (ICE/IEEC-CSIC), el Institut de Física d’Altes Energies (IFAE), el Port d’Informació Científica, el Centro de Investigaciones Energéticas Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), el Instituto de Física Teórica (IFT) de la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad Politécnica de Cartagena, el Centro de Astrobiología (INTA-CSIC) y el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).
“Durante los últimos años el consorcio ha ido reuniendo a expertos en astronomía, cosmología, física, diseño de satélites y software dentro del equipo que trabaja en la definición y mejora de la misión; y ahora ya hay luz verde para ponerla en marcha”, destaca Francisco Castander, del ICE.
Este centro, junto al IFAE y el CIEMAT, aportarán la rueda de filtros para el instrumento NISP. La construcción de este subsistema se realizará en el taller mecánico del IFAE y en colaboración con la industria espacial española. A su vez, el ICE, junto con el PIC, el IFAE y el IFT desarrollarán simulaciones de alta resolución de la estructura del universo para su posterior comparación con las observaciones del satélite. En el PIC estará ubicado uno de los centros de datos científicos de Euclides.
“En la actualidad trabajamos con el satélite Planck, y en la próxima década lo haremos con Euclides”, apunta Rafael Rebolo, profesor de investigación del CSIC en el IAC y uno de los dos coordinadores del proyecto en España. “Ambos satélites constituyen un enorme esfuerzo europeo por comprender el origen y la evolución del universo, así como la naturaleza de la materia y energía que contiene”.
Euclides cartografiará de forma tridimensional unos dos mil millones de galaxias y su entorno
Euclides cartografiará de forma tridimensional unos dos mil millones de galaxias y el universo ‘oscuro’ que las rodea, abarcando el 40% de todo el cielo. Midiendo la distribución y formas de las galaxias, los astrónomos confían en dilucidar el origen de la energía oscura y confirmar si la teoría de la relatividad general se ajusta a escalas más allá de los mil millones de años luz.
“Ahora dispondremos de un diseño sólido y viable para un observatorio espacial que permitirá realizar medidas de alta precisión y que nos ayudará a comprender mejor la naturaleza de la energía oscura”, dice Yannick Mellier, líder del consorcio e investigador del Institut d'Astrophysique de París.
En los próximos meses, se pedirá a la industria que envíe sus ofertas para suministrar los distintos componentes del satélite, como el telescopio (de 1,2 metros de diámetro), el sistema de potencia eléctrica, el de control de órbita, orientación del satélite y comunicaciones.
A lo largo de más de diez mil millones de años-luz, esta misión estudiará la evolución de la estructura del universo durante tres cuartas partes de su historia. Euclides se ha diseñado para encontrar respuestas a una de las cuestiones más importantes de la cosmología moderna: ¿Por qué el universo se expande de forma acelerada, en lugar de frenarse bajo la acción gravitatoria de la materia que contiene? La energía oscura parece estar detrás del fenómeno.
Euclides, junto a Solar Orbiter, fue seleccionada en octubre de 2011 como una de las dos primeras misiones de clase-M del programa Cosmic Vision 2015-2025 de la ESA.
Recreación artística de Euclides. Imagen: ESA - C. Carreau.