Atenas. La jornada electoral en Grecia, que este domingo es seguida con un inusitado interés por el resto de europa, dividida entre el temor y la solidaridad, especialmente en el caso de los 'PIG', los países del sur de la eurozona a los que se calificó así desde Alemania, discurre con normalidad y con una mayor afluencia a las urnas que en anteriores convocatorias. El Presidente de la Nueva Democracia, Antonis Samaras, después de ejercer su derecho electoral, en la Escuela Primaria de Pilos, hizo la siguiente declaración:
"Hoy habla pueblo griego. Mañana comienza una nueva era para Grecia".
El proceso electoral sigue discurriendo con normalidad, dijo el ministro del Interior, Antonis Manitakis
Las urnas permanecerán abiertas hasta las 19.00 horas, mientras que los primeros resultados de seguridad se espera que se conozcan a las 21.30 horas.
Por primera vez, los europeos de la zona euro, millones de españoles entre ellos, viven algo parecido a lo que sería una unión europea políticamente unida, al seguir con expectación la jornada electoral en un pequeño país, Grecia, cuyo comportamiento tras la jornada electoral se presume decisivo para el conjunto de las economías de la eurozona en su lucha para superar la crisis artificial, pero dañina, en la que la ha metido su propia ingeniería financiera. Un interés que nunca hasta ahora se ha sentido, ni siquiera en las elecciones al Parlamento Europeo, que para la mayoría de los comunitarios, para los españoles tambièn, son un mero trámite, generalmente diluido entre otras convocatorias, estatales o locales, más próximas al sentir ciudadano.
El fin de semana ha sido pródigo en mensajes de mandatarios europeos alertando al electorado griego de las nefastas o positivas consecuencias que el sentido de su voto puede tener para el propio país heleno y toda la eurozona, con algún llamamiento directo a no votar a una opción concreta, como es el caso de Syriza, que a juicio de los analistas locales no ha hecho sino aumentar las opciones de la coalición izquierdista, ya que, lógicamente, los griegos, heridos mortalmente en su bienestar cotidiano, en su calidad de vida, sienten que deben recuperar al menos el orgullo de la independencia nacional.
Pero, en realidad, las opciones de que Grecia salga de la eurozona tras las elecciones no son tantas como se esgrimen. Existe esa posibilidad, es cierto, como también que su salida del euro afectaría a Italia y España, en primer lugar, y a Francia después. Pero no es menos cierto que tanto la formación de centro derecha Nueva Democracia, que ya ha anunciado que mantendrá a Grecia en la eurozona, como la de izquierdas, cuyo responsable de política internacional, Kostas Isychos, ha afirmado que “no es una opción de Syriza salir de la zona del euro”, han moderado sus mensajes en las últimas semanas y son, finalmente, las favoritas en los sondeos realizados hasta ayer mismo, si bien con una ligera ventaja para la formación Nueva Democracia.
Paralelamente, los bancos centrales europeos ya tienen preparada una acción sincronizada para responder a los ataques al euro desde la jornada del lunes con masivas inyecciones de dinero, tarea en la que serían secundados por el el BCE.
Así las cosas, la semana que se inicia mañana lunes no tiene por qué ser una semana negra, independientemente de la opción de voto de los diez millones de electores llamados al voto este domingo en Grecia, aunque es evidente que un triunfo de la opción de centro derecha evitaría parte de la inestabilidad consecuente que se espera.
El lado positivo, pues, que quizá Europa salga reforzada de esta turbulencia.
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