La Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFiC), recuerda que desde hace años existe evidencia científica que exponer a los menores de edad al humo del tabaco (sea de forma directa o indirecta) los pone en riesgo de padecer patologías de todo tipo o de agravar las que ya pueden sufrir-
Según el Dr. Joan Lozano, coordinador del grupo de tabaco de la CAMFiC, “no hay dosis segura cuando exponemos nuestro organismo a los carcinógenos del tabaco y, sin embargo, la mayoría de padres y madres que fuman todavía lo hacen dentro del hogar donde conviven con hijos pequeños (59% cuando el padre es fumador, 74 % cuando es la madre la que fuma)”.
Es habitual oír tópicos como que ventilar el hogar es suficiente para eliminar los tóxicos del tabaco presentes en el ambiente, o que se pueden adoptar alternativas poco eficientes como fumar en la ventana o el balcón. En ambos casos hablamos de acciones que minimizan el efecto negativo del humo del tabaco, pero que no lo eliminan.
El humo del tabaco no es sólo una molestia que provoca picor en los ojos, mal olor, o tos. Como recuerda el Dr. Lozano, “el humo de los cigarrillos contiene potentes irritantes, sustancias que pueden incidir en síntomas crónicos como la tos, mucosidad, y que pueden agravar situaciones como el asma infantil, problemas funcionales respiratorios, sibilancias, y otros. Igualmente, de nada sirve fumar en el coche cuando nuestro hijo no está, ya que los contaminantes del tabaco permanecen en todo el habitáculo durante mucho tiempo”.
A menudo se dice que el humo de la ciudad también es perjudicial. Pero hay que recordar que estudios recientes realizados en Cataluña ponen de manifiesto que en algunos espacios donde se fuma, la contaminación por benceno es superior a la de las calles más contaminadas de algunas ciudades del área metropolitana de Barcelona. Por otro lado, el efecto del humo del tabaco agrava los síntomas que por esta época del año son más agudos en personas alérgicas, y que presentan rinorrea, congestión, sequedad en las vías, etc.
Riesgos para los niños
El humo ambiental del tabaco es especialmente dañino para los niños más pequeños. Ellos respiran con más frecuencia que los adultos, por eso introducen más aire en los pulmones comparativamente. Los menores son más sensibles a los efectos del humo ya que se encuentran en fase de desarrollo, por ello, exponerlos al humo ambiental supone poner en riesgo su respuesta inmunitaria y el correcto funcionamiento de los pulmones, y aumentar la probabilidad de que tengan la tensión alta en el futuro. Por todo ello, el Dr. Lozano recuerda que “los niños y bebés que viven en hogares donde se fuma sufren una situación similar a la de fumar hasta cinco cigarrillos al día“.