La hembra Ulindi pasa a la historia
Por Nuria Jar/ SINC.-Por fin se ha conseguido descifrar la información genética completa del bonobo, la única que faltaba de los grandes simios. Igual que los chimpancés, los bonobos comparten un 98,7% del genoma con los humanos. El trabajo ayudará a comprender las diferencias conductuales de las tres especies a partir de las bases genéticas.
La secuenciación del genoma del bonobo (Pan paniscus) completa la enciclopedia genética de los cinco integrantes de la familia de los Hominidae, que también incluye a chimpancés, gorilas, orangutanes y humanos. El bonobo comparte un 98,7% del genoma con los humanos, el mismo porcentaje que con los chimpancés (Pan troglodytes).
Esta es la conclusión principal del trabajo de 41 científicos de 22 instituciones de ocho países de todo el mundo, entre los que figura el Instituto de Biología Evolutiva (Universidad Pompeu Fabra-CSIC).
“Este hito científico nos proporciona los rasgos que distinguen a una especie de otra y una visión de la evolución humana”, explica a SINC Janet Kelso, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Alemania) y coautora del estudio que se publica esta semana en Nature. La investigación ha comparado el genoma del bonobo con sus dos parientes genéticos más próximos, los chimpancés y los humanos.
Sorprendentemente, el 3% del genoma humano es más parecido o bien al del bonobo o bien al del chimpancé que estos dos últimos entre ellos. La estimación previa era de un 1% aproximadamente.
Kelso considera que la coincidencia genética es “bastante grande” porque los humanos (Homo sapiens) se diferenciaron de los bonobos y de los chimpancés hace entre cinco y siete millones de años. En cambio, las dos especies del género Pan se diferenciaron hace dos millones de años y coinciden genéticamente en un 99,6%. Aun así, sus comportamientos sociales y sexuales difieren mucho entre ellos.
Los chimpancés son muy territoriales y utilizan la agresión para competir con los demás individuos del grupo. En cambio, los pacificadores bonobos utilizan el sexo como herramienta para la unión social y la reducción del estrés. La secuencia de las bases genéticas permitirá dilucidar las relaciones evolutivas de las cinco especies de homínidos.
Después de participar en la secuenciación del genoma del gorila hace tres meses, Tomàs Marquès-Bonet, investigador del Instituto de Biología Evolutiva (Universidad Pompeu Fabra-CSIC) y coautor del estudio, ha analizado las variantes estructurales de ADN del bonobo que tienen correlación con duplicaciones genéticas, es decir, las mutaciones que causan enfermedades congénitas.
“Una de las ventajas de nuestro laboratorio es que entendemos de genómica”, dice Marquès-Bonet. El científico añade que su centro sabe tratar el genoma de cualquier especie. En declaraciones a SINC avanza: “Ya tenemos el genoma de Copito de Nieve secuenciado y analizado”. La información genética del popular gorila albino del Zoo de Barcelona, que murió en noviembre de 2003, está pendiente de revisión.
La hembra Ulindi pasa a la historia
El primer borrador del genoma humano se presentó en el año 2000, pero los datos completos no se dieron a conocer hasta tres años después. Una vez analizada la secuencia del ADN humano, se empezó a estudiar la de los grandes simios y la revista Nature se convirtió en la cabecera de referencia para la publicación de los resultados.
Mientras los chimpancés utilizan la agresión para competir, los bonobos emplean el sexo como herramienta de unión social
Por su proximidad evolutiva con los humanos, el primer genoma que se secuenció, en el año 2005, fue el del chimpancé, con quien comparte el 98,7% de material genético. Seis años después le tocó al orangután por ser el más diferente de la familia de los primates, con quien el humano solo tiene una coincidencia genética del 96%.
Este año se ha secuenciado el gorila (con una coincidencia genética del 98% con el humano), y ahora, como ya avanzó SINC, el bonobo pone la pieza que faltaba para dibujar la relación evolutiva de los homínidos.
El ejemplar de bonobo secuenciado es una hembra, de nombre Ulindi, del zoológico de Leipzig (Alemania). Estos animales acostumbran a vivir en un hábitat muy reducido, en la ribera del tramo de río que atraviesa la República Democrática del Congo.
Ulindi, la hembra de bonobo cuyo ADN se ha secuenciado, en el zoológico de Leipzig (Alemania). Imagen: MPI for Evolutionary Anthropology