Agentes de la Policía Nacional, en una operación conjunta con la Guardia Civil y los Mossos d’Esquadra, han detenido a los tres componentes de un grupo especializado en atracar sucursales bancarias. Los arrestados son presuntos autores de siete asaltos a bancos en los que obtuvieron un botín de más de 400.000 euros. Para cometer los robos empleaban armas de fuego simuladas con las que intimidaban a los empleados de las oficinas.

La investigación se inició a mediados de 2011 cuando se detectó la presencia de un grupo dedicado a la comisión de atracos en sucursales bancarias. Partiendo de la información aportada por las diferentes unidades policiales, se comprobó que habían actuado en las comunidades autónomas de Cataluña, Navarra, Aragón y Madrid y que a final de año habían incrementado la frecuencia con la que cometían los asaltos.

Robos minuciosamente planificados

Su forma de actuar denotaba que este grupo realizaba un estudio minucioso tanto del entorno la oficina bancaria, como de las características de la sucursal y de los empleados. Actuaban generalmente cinco minutos antes de la hora de cierre y perpetraban los robos mediante intimidación con armas de fuego. En algunas ocasiones esperaban incluso a que se cumpliera el tiempo de retardo de las cámaras acorazadas.

Fruto de la investigación, los agentes del equipo conjunto de investigación lograron identificar a los miembros de este grupo y establecieron varios dispositivos para detenerlos. Los tres arrestos se produjeron por separado en Lleida(1) y Zaragoza(2). El último de los detenidos tenía intención de abandonar España dos días después de ser arrestado.

En el momento de las detenciones y durante los cinco registros domiciliarios los agentes intervinieron 18.000 euros, 2 armas de fuego simuladas, 2 vehículos, 6 teléfonos móviles, 49 cartuchos, planos de entidades bancarias, cartillas bancarias en blanco y elementos para disfrazarse.