Siero.-La consejera de Agroganadería y Recursos Autóctonos del Principado, María Jesús Álvarez, acudió esta mañana a la suelta de cuatro bisontes en una finca de 2.000 metros cuadrados ubicada en Les Folgueres (Siero) y propiedad de la empresa Adarsa. El proyecto, impulsado desde el Centro de Conservación del Bisonte en España, cuenta con la colaboración del Gobierno autonómico. Además, esta tarde otros siete ejemplares se soltarán en una finca particular de más de 1.200 hectáreas en la braña del Zapurrel, en Villayón.
Los once bisontes proceden de parques de Holanda y Bélgica, donde vivían y servían para la gestión de territorios. Los animales han sido trasladados a Asturias en un viaje de 1.800 kilómetros por carretera, cumpliendo con todas las exigencias de la reglamentación sanitaria y acompañados por un equipo de especialistas.
La asociación Centro de Conservación del Bisonte Europeo en España, presidida por Fernando Morán Castillo, pretende que el Principado vuelva a acoger bisontes por primera vez desde la Prehistoria y contribuya así a la recuperación de esta especie europea en peligro de extinción. El colectivo persigue que los animales puedan criar en Siero y Villayón.
Además, la asociación confía en que la introducción del bisonte permita también el desarrollo turístico y una mejor conservación del paisaje. De este modo, en Villayón analizarán la convivencia del bisonte con el rebeco, la cabra montés y el corzo, así como el posible aprovechamiento del matorral como alimento. Desde el Centro de Conservación del Bisonte Europeo en España consideran que este animal puede ser un perfecto aliado para el cuidado del territorio y la lucha contra los incendios.
Este proyecto, iniciado hoy en Asturias, está supervisado por expertos de Polonia, Holanda y Alemania, a los que también podrían sumarse especialistas rusos y suecos este verano. El objetivo es que la experiencia sirva como germen de otras iniciativas que combinen la fórmula de conservación unida a desarrollo local, como simbiosis positiva para el medio ambiente y la lucha contra la pérdida de la diversidad.
Junto con los animales sueltos en Asturias, hoy también se ha hecho lo propio con otros seis ejemplares en una finca de San Cebrián de Muda, en Palencia, donde ya llevan dos años de experiencia.